Arte contemporáneo en Chile : cuaderno pedagígico
16 Arte contemporáneo en Chile Idénticos y distintos ¡ qué triste sería el mundo , si todo en él estuviera hecho … ! gabriela mistral , el placer de servir Una de las características destacadas del arte contemporáneo es la constante reflexión que propone sobre diversos problemas sociales, ambientales o económicos, incentivando preguntas y dilemas que ayudan a mirar el contexto de una forma no complaciente. Por su parte, las premisas del aprendizaje significativo –qué saber y para qué saberlo– fomentan un pensamiento crítico que nace de la observación participativa y valora la colaboración como un principio del estar juntos. De esta manera, reflexión y participación se convierten en dos esferas cuyo objetivo es mostrar que lo artístico y lo pedagógico rotan amistosamente, gracias a que tienen en común construir un espacio para decir, hacer, pensar y sentir. La relación entre arte y educación 1 no siempre ha sido vista de este modo. Varias modificaciones en los conceptos, métodos y enfoques, en ambos campos, permiten nuevas perspectivas y definiciones sobre la educación artística, destacando una mayor orientación hacia el ejercicio interdisciplinario. Mirar la realidad requiere tener varios microscopios, telescopios y linternas para identificar cómo las pequeñas unidades habitan y viven en las grandes constelaciones y qué luces nos ayudan a verlas. “Inventar consiste en hacer que las cosas que se hallan paralelas en el espacio se encuentren en el tiempo o viceversa, y que al unirse muestren un hecho nuevo” (Huidobro, 2009, p. 13). Enseñar arte, durante un largo periodo, fue remarcar las cualidades técnico-formales de una obra e incluso copiarla para imitar su efecto estético. Sin embargo, desde la década de 1960, en un ambiente marcado por reformas educativas 2 importantes, el arte ha ido ingresando a la escuela como una relación de conocimiento. Actualmente hay diversos rumbos teóricos (Barbosa y Pereira, 2010; Bruner, 2018; Eisner, 2002; Freedman, 2006) que proponen metodologías y didácticas que nos enseñan a comprender las cualidades y defectos de las tecnologías visuales, los estereotipos insertos en cuadros convencionales o los sesgos de clase y género de los mensajes publicitarios. Lo propio de todas ellas es el valor dado a la construcción de un proyecto cultural, como señala Kerry Freedman: 1. Hay tres tradiciones que desde la posguerra han influenciado el currículum de la educación artística. La primera es la corriente expresionista –derivada del idealismo romántico del siglo XIX–, que se funda en la idea de la autoexpresión creativa. La segunda es la corriente neoconstruccionista –valida la potencia del arte para transformar la realidad social–, cuya importancia se centró en la renovación del ambiente educativo bajo la exigencia de liberar al estudiante de formalismos innecesarios. El racionalismo científico, tercera corriente, se refiere a la tendencia a reconocer en el proceso artístico un contenido racional que objetiviza las prácticas y controla los recursos, gracias a la evaluación de resultados que garantizan una educación planificada. 2. Temas que estas reformas han aprobado y discutido: el rol social de la educación; el alcance y finalidad de la tarea docente; la adaptación del currículum a la mutación tecnológica; la enseñanza centrada en el/la estudiante; las estrategias de inclusión y el reconocimiento de la interculturalidad, la igualdad de género y la formación democrática.
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