Prácticas pedagógicas en la diversidad: III Coloquio de Danza y Educación
Se trataría de un espacio innato de energía transicional. “(…)conocer, hacer, y vivir no son cosas se- parables y que la realidad y nuestra identi- dad transitoria son partners de una danza constructiva. Esa tendencia que designo como un giro ontológico no es una moda de filósofos, sino que se refleja en la vida de to- dos. Entramos en una nueva época de fluidez y flexibilidad que trae detrás la necesidad de una reflexión acerca de la manera como los hombres hacen mundos donde viven, y no los encuentran ya hechos como una referencia permanente” (Varela, 2018:37). La nueva época de darse cuenta y expandir el horizonte para reconsiderar lo que hay más allá… En esta fuerza llegamos a nues- tro espacio vacío. Las implicancias éticas de esta desorientación son luminosas. Solución etérica para la nada en la fuente de nada… Una polética depolarizada El movimiento depolarización recupera la con- cavidad pluripotencial del espacio transicional de la complejidad-cuerpos, cuya experiencia se desarrolla como participación constante. Esta palabra apareció espontáneamente para reconocer la conciencia que desarrollé en una práctica de memoria que llamé “Linfal (Ich habe ein neues blaues Organ)” 11 , y que ex- ploré a través del sistema linfático del cuerpo humano. La describí como una descarga eléc- trica que reorganiza la relación gravitatoria del pensamiento, dejando la orientación polar, y co-emergiendo un espacio curvo de eflujos, y un espectro de nuevas captancias. Un espacio vacío... La depolarización es una movilidad que sub- vierte las orientaciones, y condiciona el vacío de todo espacio al provocar un desplazamien- to transicional constante. La energía transicio- nal de un proceso abierto sin culminación. Lo que llamo depolarización funciona en dis- tintas capas, como una experiencia de la con- ciencia del cuerpo interno: dislocación vesti- bular, auricular y semi-circulaciones, vacíos que llamo invaginalmente (como somática y conciencia del hacia sí), terceros espacios transicionales 12 . En tanto, el concepto polética apareció con ele ligamentosa integrando lo poético y lo po- lítico del ethos del ser humano. Llamo poléti- ca a la fuerza poética potencial de toda par- ticipación, una política del Ser-cuerpo. Llamo polética al compromiso estético con la vida y lo colectivo, un proceso de la conciencia éti- ca posible en la experiencia de una realidad compleja. “pool nadecida en el ritmo de lo poolítico y de lo pooético(…)la sensibilidad corporal a la realización de conoceee res(…).¡Nataciones increíbles! desarrollantesnadeceslibres teoría magmática mi universal heme aquí mag- mante (…) nade y nadece y… todo un, a su sincrónica desarrollantés ¡é!… sin capítulo fi- nal, deviniendo bola blanca(…)así, desde este imaginario nado en la corporalidad social(…) danzaria, sexual… tierra de nado que nadece y nadece (…) corporal alquimia política eros ¡e! transformaciones del pensamiento de todo…” 13 (Ramírez Püschel, 2015:63). Relativa a estas contracciones y coexistencias del lenguaje, el año pasado me encontré con la propuesta de Joan Retellack, quien sugiere (en idioma inglés) “h” para poetic: “pohetic” . 9. Es la energía transicional de este médium complejidad-cuerpos. Lo que haría la danza sería poner un cuerpo en poética al configurar su ritmo viviente. Una experiencia de atención respecto la activación de campos sensoriales subjetivos, en las modalizaciones estéticas de sus intervalos energéticos. Y la libertad una conciencia de las variaciones de la existencia; y al mismo tiempo, un distanciamiento (Ramírez Püschel, 2012:86-87). 10. Francisco Varela, Friedrich Nietzsche o Paul Valery, por traer algunos pensadores que concitan en la palabra danza, el proceso sin culminación del éxtasis del movimiento vital de la energía universal en nuestra experiencia humana. 11. https://www.mixcloud.com/linfal/memoria-invaginal-1/ 65
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