Prácticas pedagógicas en la diversidad: III Coloquio de Danza y Educación

Reconociendo el rol del arte en el proceso de formación integral de las personas, y en el marco del Fortalecimiento de la Educación Pública, el Ministerio de Educación y el Con- sejo Nacional de la Cultura y la Artes (CNCA) están desarrollando el Plan Nacional de Artes en Educación, que se orienta al fortalecimien- to de diversas experiencias de aprendizaje en artes, reconociendo el aporte de la educación artística como base para el desarrollo integral, creativo, cognitivo y emocional de todos los estudiantes: “El arte contribuye a la genera- ción de un conocimiento valioso por sí mismo que no debe ser visto, únicamente, como com- plemento del desarrollo de las otras áreas del conocimiento. El arte, en la medida en que es abordado desde una perspectiva pedagógica y ética pertinente, puede incidir en la transfor - mación del entorno personal, escolar y comu- nitario, y puede contribuir a fomentar la parti - cipación social, la creación de cohesión social y la construcción de ciudadanía” (OEI, 2011, p.100) . Marcel Mauss, en el texto Técnicas corporales, pone énfasis en la transmisión por imitación de un acto certero: “El niño, el adulto imita los actos que han resultado certeros y que ha vis- to realizar con éxito por las personas en quien tiene confianza y que tienen una autoridad sobre él. El acto se impone desde afuera, des - de arriba, aunque sea un acto exclusivamente biológico relativo al cuerpo. La persona adopta la serie de movimientos de que se compone el acto, ejecutado ante él o con él, por los demás” (p.340). Tomando ese planteamiento y relacio- nándolo con lo expuesto por Bourdieu y Passe- ron sobre la reproductividad, se puede repen - sar la labor del docente al ser este -asumiendo que esta práctica nunca es neutral y que debe ser un acto consciente- el que materializa en la práctica pedagógica las herramientas para vi - venciar el cuerpo desde lo más íntimo y hones - to, favoreciendo en la formación integral de los estudiantes, poniendo en práctica la afec - tividad, la construcción comunitaria de nuevas nociones y prácticas de género igualitarias, con un autoestima desarrollado desde lo positivo, desde el empoderamiento, desde el respeto y valoración por el cuerpo propio y colindante, de tener pleno conocimiento y determinación de la vida, produciendo cambios significativos. Este autoconocimiento del cuerpo, este cami- no por generar validar-se como creadores, es una tarea que se le deben a las generaciones futuras para que no crezcan con las alas rotas. Estas innovaciones y nuevas epistemologías caminan lento, pero caminan. “Caminan real- mente, como decía el subcomandante Marcos, con los que van más despacio; no con los que van adelante, sino con los que van atrás” (de Sousa Santos, Boaventura, 2014, p.12). 41

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