Prácticas pedagógicas en la diversidad: III Coloquio de Danza y Educación
todo el vacío y crisis de sentido que nos ofrece este sistema empeñado en volvernos anóni- mos/as, es cuando hay que analizar todos los medios institucionales que generen un tipo de conocimiento, sobre todo los que estén relacio - nados explícitamente como lo son las escuelas, colegios, academias, universidades, etc… en qué, para qué, con quién. Estas instituciones están formando mundos y a su vez de cierta forma limitando o abriendo nuevos mundos. La educación juega un rol importantísimo en esta tarea de crear-nos y es la que debe ser capaz de formular nuevos paradigmas para que los an - teriores terminen de morir. Es ahora cuando se hace necesario una consecuencia y una dialéctica entre la práctica y teoría y entender esta como uno de los desafíos cruciales que permitiría re - solver la cuestión del pensamiento como instru - mento de transformación de la realidad” (Violeta Guyol, 2005, p.16). El cuerpo como creador de las más importan- tes epistemologías -al generar conocimientos desde la exploración y no desde instrucciones externas- se ve en crisis por las políticas que rigen a la educación tradicional al estar levan- tadas por paradigmas que muchas veces des - pojan al cuerpo del sujeto y construyen una dualidad inexistente entre cuerpo y mente, convirtiendo al cuerpo en un instrumento va - cío, fácil de manipular por estímulos externos e ideologías dominantes. En este contexto el cuerpo está en peligro de desaparecer ya que no solo se inmoviliza anatómicamente, sino de manera íntegra. Cabe señalar que en América que da aún una cantidad enorme de culturas, lenguas, cosmovisiones y diversas formas de percibir el cuerpo que hacen que se haga de suma urgencia cambios en las estructuras cog- noscitivas para re-habitar los cuerpos. El cuerpo es a su vez, registro de conocimien- tos conscientes e inconscientes: biografías, mapas corporales, emociones y vivencias que se deben considerar al momento de crear nuevas epistemologías, otorgándoles la im- portancia de ser cuerpos vivos y presentes desde la sensibilidad de cada persona. Dentro de los establecimientos educativos tradicio - nales se pueden vislumbrar con mayor fuerza estas formas de control, sobre todo a nivel de la zona pélvica, al mantener a los estudiantes sentados durante 8 horas aproximadamente, impidiendo el movimiento corporal al esca- parse del paradigma conductista. ¿Cómo este contexto cultural/moral influye de manera tal que las instituciones educativas tradicionales generan una representación de la zona pélvi - ca como una parte del cuerpo que debe estar muchas veces en el espacio de lo oculto/prohi - bido e inmóvil? El generar este tipo de rigidez y desconexión responde a la suma de hábitos, concepciones católicas y patriarcales que levantan y man - tienen este tipo de cultura hegemónica. Esta desconscientización y sedación en el contexto 31
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