Prácticas pedagógicas en la diversidad: III Coloquio de Danza y Educación
acompaña al niño en un itinerario de madu- ración psicológica que va del placer de actuar al placer de pensar” . También dice H.Wallon: “nada hay en el niño más que su cuerpo como expresión de su psiquismo” . O como Mala - guzzi, conocido por ser el creador de la peda - gogía Reggio Emilia, que plantea al niño como un ser competente, creativo y dotado de cien lenguajes al nacer, siendo el mundo de los ni - ños ilimitado y, si hay un límite, se encuentra en la persona que mira al niño, no en el niño. El juego es el medio natural de aprendizaje del niño. Karl Groos plantea que el juego es el preejercicio de funciones necesarias para la vida adulta. Él estableció el precepto de “el gato jugando con el ovillo aprenderá a ca- zar ratones y el niño jugando con sus manos aprenderá a controlar su cuerpo” ; define que la naturaleza del juego es bilógico e intuitivo y que prepara al niño para desarrollar sus acti - vidades en la etapa de adulto. Pero no solo un juego individual, sino también en colectivo, en su contexto social, donde, como plantea Vigotsky, se genera la “zona de desarrollo próximo” (ZDP) . El concepto de la ZDP se basa en la correspondencia entre ha - bilidades existentes del niño y su potencial, donde consigue aprender a través de la guía o soporte que le puede facilitar un adulto o un par más competente. Por lo mismo, el media - dor o intérprete tiene un trabajo fundamental en la elección y juego, cociente de la entrega de los estímulos que serán recibidos e imita - dos, no solo por interés del espectador, sino también por factores bilógicos como las neu - ronas espejo. Es sobre estas bases que descubrí que tra - bajar para los niños a través del cuerpo es intrínsecamente desarrollo; por lo tanto, edu - cación. Y como plantea Merleau-Ponty, “Toda técnica es técnica del cuerpo” . Por lo mismo la calidad de la investigación y los dispositivos escénicos no deben ser “pedagógicos” si no, se simplifica la acción y las capacidades del niño. Si bien se deben tener en mente, para crear, sus etapas del desarrollo, el ser cons - ciente de esto y sus necesidades genera un desafío mayor para poder impulsarlos a ellos como espectadores a nuevas imágenes, sen - saciones, corporalidades y musicalidad. Para los más pequeños que van en camino de con - formar el imaginario y muchas veces no rela - cionan conceptos o palabras con imágenes, el mundo que se les muestre será alucinante y estimulador, teniendo en cuenta que ya a los diez meses, si han tenido la suerte de ser es - timulados con frecuencia, tienen una mayor comprensión del mundo de lo que el adulto se imaginaría. En esta etapa es posible desa - fiar al niño mostrando nuevas posibilidades corporales, sonoras y de funcionamiento re - lacional entre las personas, el espacio-tiempo y los objetos. Para los niños que ya manejan lenguaje verbal y ciertos conceptos, se les hará más fácil identificarlos, comprender una 118
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=