Prácticas pedagógicas en la diversidad: III Coloquio de Danza y Educación

estimulando la acción simpática que permite experimentar los sentimientos del intérprete (Gardner, 2001). Bajo esta lógica, el cuerpo adquiere una gran relevancia como instrumento para el aprendi- zaje, pues involucra procesos neurológico-ci- néticos tan sofisticados como los del pensa- miento lógico matemático. Por otro lado, la forma en la que nos movemos crea sentidos y permite establecer sistemas simbólicos que son la base de la comunicación entre los seres humanos (Gardner, 2005). El arte es un siste- ma simbólico cerrado, obviamente su refe- rente es contextual, pero la forma en que los signos se organizan en la obra solo cobra sen- tido dentro de la obra misma (Cassirer, 1998). Para lograr comprender la obra, el autor y el espectador deben manejar los códigos cultu- rales, ya sea conceptuales o sensoriales, del momento histórico en que la obra fue hecha. Por lo tanto, el acto de apreciación de una obra de danza involucra el análisis semiótico y de contexto. En el caso del curso de Historia de la Danza se usan las ideas de Gardner y Cassirer para reforzar los aprendizajes teóricos en uno de los ámbitos en el que los estudiantes tienen habilidades –el corporal–, y ayudarían a dotar de sentido la reflexión teórica sobre los conte- nidos abordados en clase. Por lo tanto, hacer del cuerpo una herramienta pedagógica para apoyar el proceso de enseñanza aprendizaje de los contenidos teóricos (no solo de estu- diantes de danza) resultaría lógico y efectivo. Educación estética, aula activa y modelo constructivista El modelo pedagógico que se utiliza en el cur- so de Historia de la Danza toma herramien- tas de la educación estética y de los modelos constructivista y sociocultural, poniendo én- fasis en un aula activa que desafía constante- mente el saber previo de las estudiantes y las acompaña en un proceso de construcción del conocimiento. Dado que se trata de un ramo que versa sobre temas de arte, se usan activi- dades prácticas de danza para elevar los nive- les de motivación: se pone énfasis en la apre- ciación estética y la guía de la percepción; y se estimula el proceso creativo, entregando los rudimentos para que el estudiante sea capaz de construir el discurso estético que apoye en el futuro sus creaciones coreográficas. La educación estética es la educación de los sentidos con la finalidad de desarrollar la ca- pacidad crítica, la reflexión profunda y el goce del descubrimiento de lo que no es aparente (Sepúlveda, 1996). El destacado poeta y aca- démico chileno Fidel Sepúlveda enfatiza que la esencia de la educación estética está en ampliar los niveles de percepción y dar espa- cio al tiempo reflexivo (1996). Las herramientas metodológicas que aporta la educación estética establecen los cimien- tos para una actitud reflexiva con respecto a la propia vida y el mundo que nos rodea, y permiten ver más allá de lo aparente y cues- tionar constantemente la realidad. En el aula de clases esto se lleva a la práctica creando actividades participativas que promuevan el análisis de obras de arte y de la coyuntura so- cial. El trabajo grupal facilita una comprensión común de los conceptos estudiados que, por lo general, es más amplia que la comprensión que logra del concepto cada persona de ma- nera individual. A su vez, cuando se trabaja en 109

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