Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
97 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 conómicas en cómo se está viviendo el confina- miento y los efectos del virus en las personas. Esto se manifiesta en las características de las viviendas que determinan las condiciones en que se puede vivir el confinamiento (hacina- miento, materialidad y tipo de construcción); la calidad de los barrios y entornos (por ejemplo, abastecimiento en forma segura), los recursos económicos disponibles y el acceso oportuno a atención de salud, entre otros. Se observan grandes desigualdades en las condiciones de hacinamiento según la comuna en que estos hogares se emplazan: los hogares de Vitacura tienen en promedio 18m 2 más por miembro que los de Puente Alto (30,2m 2 vs 12,5m 2 en prome- dio respectivamente) (15). Al observar las cifras de mortalidad por Covid-19 entre mayores de 70 años, destaca que la mayor cantidad de perso- nas fallecidas eran residentes de las comunas más pobres de la región. En Vitacura, la comu- na con mayor desarrollo humano del país, el porcentaje de población mayor de 70 que ha muerto por COVID-19 es 0,5%, y en comunas de sectores más vulnerables de la ciudad (Cerro Navia, San Ramón, Puente Alto, Huechuraba, La Pintana, Recoleta e Independencia), esta tasa de mortalidad es el triple y más 15 . De esta manera, las desigualdades en la vejez se acentúan de acuerdo a diversas posiciones sociales y territoriales de las personas mayores moldeadas a través de su trayectoria de vida, que configuran el goce de privilegios y bene- ficios para alguno/as, mientras que para otro/ as, la gran mayoría, estos están restringidos o ausentes 12 . Desde un análisis de curso de vida, las condiciones y posibilidades de afronta- miento ante la pandemia, no solo dependen de la posición actual como personas mayores, sino también de las ventajas y desventajas que se han ido acumulando a través de sus biografías y trayectorias vitales, que se expresan tanto a nivel estructural como a nivel individual. Si bien es cierto que las personas transitando la etapa de la vejez son las generaciones más vulnerables ante la actual pandemia, también son la generación con trayectorias de vida más extensas y, por tanto, conmayores posibilidades de aprendizajes y experiencias acumuladas de discontinuidades y de vivencias de situaciones de crisis socio históricas. A lo largo del curso de vida se han socializado adquiriendo estrategias de afrontamiento de discontinuidades o quie- bres en la vida, como es la pandemia actual, lo cual en sí mismo puede ser interpretado como una ventaja acumulada a nivel subjetivo. Vejez, curso de vida y desigualdades simbólicas La pandemia, en tanto turning point estructural ha involucrado cambios en la valoración social de la vida en la vejez y en el ejercicio de los derechos de las personas mayores. Se observan desigualdades a nivel simbólico expresadas en marcados prejuicios y estereotipos vinculados a transitar la etapa de la vejez. La vejez se ha representado principalmen- te como la etapa del fin de la vida. Una zona sacrificable ante la situación de crisis sanita- ria de la pandemia15, y el lugar de corte para definir las prioridades en los esfuerzos médicos. Social y simbólicamente la muerte de las perso- nas mayores parece estar trazada para que las generaciones más jóvenes de la sociedad puedan vivir. Ante el colapso del sistema sani- tario y la escasez de recursos debido a la gran demanda de asistencia hospitalaria crítica, aparece el principio de vidas interconectadas, arraigándose la idea de que se debe priorizar la utilización de estos recursos para las genera- ciones más jóvenes y limitarse para las mayores. Por ejemplo, la carta de Abraham Santibáñez
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