Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

96 VIRUS Y SOCIEDAD: HACER DE LA TRAGEDIA SOCIAL, UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIOS desigualdad son conceptos inmutables ya que dependen de las definiciones sociales y del pacto individuo sociedad en distintos momen- tos históricos. Más aún, las desigualdades sociales están configuradas desde la acción de las institucio- nes sociales (mercado de trabajo y pensiones, sistema de salud, migración, entre otras) y plas- madas en la experiencia de las propias perso- nas mayores. De tal forma que las ventajas y desventajas acumuladas son el resultado de la diversidad de experiencias que se relacionan con condiciones en diversos dominios sociales (educación, alimentación, vivienda, condiciones laborales y familiares, estatus migratorio) a lo largo de la vida de una persona –primera infan- cia, niñez, adolescencia, juventud y adultez 13 . Las desigualdades en la trayectoria vital se configuran fundamentalmente desde los cambios institucionales y políticas de Estado como también de acuerdo con las relaciones con el entorno familiar (vidas interconectadas) y las propias decisiones (capacidad de agen- cia). Por ejemplo, las condiciones materiales de vida de una persona viviendo la pandemia a los 80 años están determinada principalmente por el ingreso percibido a través de las pensiones, que se relaciona con el tipo de sistema de segu- ridad social que rige al país, a lo cual podrían sumarse apoyos familiares o el propio patrimo- nio. Esta persona nació en 1940, período en que en Chile todavía había altas tasas de mortali- dad materno-infantil; la educación primaria era obligatoria pero con una gran deserción esco- lar; en vivienda habían comenzado las tomas de terreno en sectores urbanos como consecuen- cia de la migración rural hacia la ciudad, emer- giendo las primeras políticas de vivienda social; en seguridad social funcionaban las cajas de seguro obligatorio –segmentadas por catego- ría ocupacional y clase social– para asegurar pensión y salud de la población trabajadora y sus familias 12 . Esta persona, a sus 40 años, a principios de la década de los 80, durante el período de Dictadura Militar en el país, vivió el cambio radical del sistema de pensiones, segu- ramente cambiándose al sistema de capitaliza- ción individual instaurado a través del modelo de las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP). Actualmente, es probable que esté en el 50% de los 984 mil jubilados que reciben una pensión de vejez y obtienen menos de $202 mil mensuales, incluyendo el aporte previsional solidario del Estado que se incorporó al sistema el año 2007. Si esta persona es mujer, puede estar en la mitad de las 472.343 pensionadas por vejez que reciben menos de $137.870 como pensión autofinanciada 14 . La misma experien- cia de la pandemia se presenta y se experi- menta diferenciadamente de acuerdo con estas condiciones estructurales del sistema de seguridad chileno que moldean las situaciones reales en que se vive esta etapa de la vida. Aunque la vejez es una etapa que se caracte- riza por una serie de desigualdades respecto de otras edades, un análisis intra-generacional permite distinguir cómo ciertas condiciones estructurales y posiciones sociales configuran vejeces más o menos vulnerables, con ventajas y desventajas sociales acumuladas durante la trayectoria vital. La vejez no es solo una realidad cronológica, sino que también una realidad configurada desde la intersección de diferentes dimensio- nes sociales como clase social, género, territo- rio u origen étnico. En la ciudad de Santiago, el territorio es una dimensión significativa que refleja una gran segmentación socioeconómi- ca, de tal manera que dependiendo de la zona urbana que se habite, habrá diferencias socioe-

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