Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
88 VIRUS Y SOCIEDAD: HACER DE LA TRAGEDIA SOCIAL, UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIOS 7.2. Interacciones simbólicas Otra paradoja notable de este evento es el cubrimiento facial que, tras ser transformado en delito, hoy es una obligación aprobada por los concejales de las municipalidades respec- tivas. Las máscarillas bloquean buena parte de la interacción colectiva, en pequeños recintos o en sitios públicos. La decisión de su uso, sin pertinencia respecto de la verdadera protec- ción otorgada, arrasa los fundamentos de la convivencia humana a través de rostro. Agre- guemos una reformulación de las distancias. El abuso de las videoconferencias, en que la pérdi- da de información crucial visual ha producido un sobreuso de expresiones estandarizadas y el autoritarismo como alternativa, son efectos no considerados en la masificación actual. Los codos han sustituido a las manos. Pero no estamos seguros de que sean igual de eficaces en consistencia, temperatura, textura, hume- dad, firmeza, ritmo, tensión 23, p. 228-239 . 7.3. Humor y sonrisas Hemos perdido un signo crucial de resolución de líos. Si no nos damos cuenta de todo lo que hemos perdido al perder la sonrisa, es como si no mereceríamos tener a la mano sus “funcio- nes importantes en el orden público .las sonri- sas también deben examinarse en función de su papel como marcas de transposición, esto es, como mecanismos para enmarcar un perío- do de tiempo y de actividad como algo a lo que se debe dar una sola interpretación” 23, p. 168. 7.4. Espacio Público Todos estos deterioros alteran las formas de coexistir de manera radical. No son sólo micro- sociologías. Expresan pérdidas que debemos comprender. Porque tienen implicancias. No podemos llamarnos Salud Pública sin reflexio- nar con lo que hoy sucede en el espacio públi- co, con el grado de afectación que hemos introducido. 7.5. Señales de alarma La incapacidad para hacer uso acertado de la alarma es uno de los mayores deterioros de nuestra vida colectiva. Incapaces de dar la alarma precozmente, tampoco hemos logrado darnos cuenta de que la alarma ha pasado o ponderar en su magnitud el riesgo. También las alarmas son un gesto sociológico, una invitación a reflexionar sobre la vida colectiva. 8. Salir del accidente Salimos del accidente cuando pasamos a un régimen epistemológico post accidente, cuan- do comprendemos qué zonas relevantes del mundo/realidad no percibíamos y cómo sosla- yamos hechos que estaban allí en frente. Cuan- do al menos intuimos la serie de resonancias en que entraron esas zonas no visibles para producir el acople que se tornó fuerza ordena- dora primordial. Habitar en el mundo pos accidente requiere que hayamos comprendido algo de lo ocurrido, de lo que implica el accidente como un irreversible, un momento de bifurcación, un tipping point. En el mundo de las estadísticas, la lección no debería inclinarnos hacia la arbitrariedad, el abuso de las cifras, la apropiación privada de su gestión o una cruzada en pos de la tan convocada dureza. Por el contrario, tal como ya se ha masificado mediante la digitalización, en tanto el uso de números como parte del debate político se incremente, las cifras revelarán más y más que son acuerdos de paz, treguas con
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