Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
84 VIRUS Y SOCIEDAD: HACER DE LA TRAGEDIA SOCIAL, UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIOS res y servidores privados, esa condición solo era evidente para los usuarios institucionales. Hasta ahora el Banco Central y el INE mantie- nen sus registros y los gestionan públicamente en sistemas que les pertenecen. ¿Es posible imaginar que debamos enterarnos del IPC a través de Tableau o de la tasa de encaje en Github? ¿Retornarán estos datos por una puer- ta trasera como novedosas lecciones acerca de nuestra red, procesadas por machine learning usando nuestros datos? 3. Sensibilidad y especificidad El manejo del brote ha sido basado en un espe- cífico examen de biología molecular. La iden- tificación del material genético mediante esta técnica es una cuestión estadística y probabilís- tica, que entra de lleno de manera compactada en el mundo de la vida cotidiana y de la política. No sólo el espacio clínico se ha visto empeque- ñecido al mínimo en su capacidad decisora, sino las implicancias en cuanto a movilidad de las personas, acceso al trabajo, despliegue de la vida económica, han sido tomadas con escaso sustento clínico. La prueba misma sobre la que se ha basado la estrategia de aborda- je de la pandemia, contiene irreductibilidades que no se someten a los esquemas. Repetidas pruebas no concluyentes, pruebas positivas que no remiten en semanas, en no pacientes. Casos con serología positiva cuyos anteceden- tes remiten a una PCR negativa. Pacientes con morbilidad severa de otra etiología suficiente- mente probada, cuya positividad es un hallazgo o a lo más, una presencia casi saprófita. La sensibilidad y especificidad de las técnicas diagnósticas, más que una propiedad intrínse- ca de un kit de examen, son expresiones que resumen (promedian) las incertezas asociadas a su práctica. La especificación de sus valores es un indicador que alerta para un adecuado uso y para una serena apreciación de las decisiones que tomamos a partir de un test. No soslayan el debate público, sólo lo alientan. 4. q=(1-p) Es sorprendente que la pregunta por el valor de p no sea una cuestión central. ¿Cuál es la proporción de seropositivos hoy en este lugar? ¿Cómo se ha comportado ese valor de p estos meses? p ha circulado por el mundo con cifras cerca- nas al 5%, de modo que el tamaño de muestra para su inferencia esta vez no está asociado a la varianza sino al error aceptable. Si buscamos estimar una proporción tan baja, considerar un error de 2 puntos porcentuales o 4 no es trivial. Una muestra calculada con la máxima varianza (0,5 × 0,5) corre el riesgo de no ser útil para esti- mar con precisión o comparar con fiabilidad. Pero mas allá de eso, esa cifra de 5% pone de bruces la utilidad de la inmunidad de rebaño para definir el fin de las medidas de restricción. La ausencia de censos serológicos es la contra- cara del uso de medidas de encierro. Si 5 o 10% es la proporción máxima de seropositividad encontrable, entonces la inmunidad de rebaño es un horizonte imposible. La herd immunity , que ingresó al dominio públi- co en estos meses, procede paradójicamente de un debate acerca de la cobertura de un progra- ma de inmunización y la esperanza de erradicar alguna enfermedad. Su traslado a una enfer- medad con pocas esperanzas de vacuna por lo pronto y sin esperanza de erradicación, contiene una desviación radical de su utilidad. Qué decir de la posibilidad de alterar una curva epidémi- ca hasta lograr una proporción de seropositivos que nunca pasó de la especulación pura.
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