Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

75 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 medad endémica, como ha sido la tuberculosis. Una mirada antropológica podría aportar la necesidad urgente de un análisis territorial, de gestión territorial, que va desde los barrios, desde las comunas de la Región Metropolitana o las demás grandes urbes del territorio nacio- nal, hasta las comunidades rurales aisladas. Esas diferencias no están siendo consideradas al momento de abordar la pandemia/ sinde- mia, que más bien se está enfrentando como si toda la población del territorio nacional tuvie- ra características similares, cuando no puede haber nada más alejado a ese supuesto. Sin duda la falencia actual, y donde la antro- pología puede aportar sustancialmente como ya se ha descrito, es el enfoque comunitario de la gestión territorial, donde el contexto se vuelve la clave para entender los abordajes que se requieren. El enfrentamiento de la sindemia no sólo ha sido monocultural (Ta Iñ Xemotuam, 2020), sino también ha tenido como premisa que todos los territorios tienen características similares. Las comunidades aisladas se han protegido cerrando sus accesos, controlando los ingresos y resguardando ese aislamiento. Esas acciones son parte de la memoria históri- ca de los pueblos nativos y de las comunidades rurales. La memoria histórica de las epidemias está en esos territorios, y otorgarles autono- mía les protegerá en un nivel superior que si se determina su destino desde la visión centralista y hegemónica. En segundo lugar, consideramos que otro elemento que aporta a complejizar la discu- sión en clave antropológica es la mirada etno- iv  Con este término, que además está puesto entre comillas, nos referimos a las sociedades que han sido permeadas por un estilo de pensamiento y modo de hacer ligado a la cultura occidental, propia de la tradición Greco- Romana, donde el contrato social se ha establecido bajo los términos de la Revolución Francesa y los procesos de globalización se han hecho parte de los desarrollos culturales. gráfica. La etnografía es la herramienta meto- dológica propia de la antropología que en los comienzos de la disciplina consistía en convivir un largo período de tiempo en una comunidad apartada del mundo “occidental” iv , e implicaba una descripción exhaustiva (densa dirían los/ as antropólogos/as contemporáneos/as) del territorio y de la sociedad estudiada. Antes de analizar un fenómeno, se va a observar, a mirar con un ojo atento para poder profundizar en la descripción sistemática de lo que se obser- va, interpretando la realidad considerando en primer término los significados que adquieren los hechos para las personas que los están experimentando. Y es que para elaborar políti- cas públicas pertinentes existe una necesidad imperiosa de situar a las personas concretas en sus territorios concretos. Esta descripción acabada de la realidad, de la diversidad de realidades, puede ser mejor asimilada por el enfoque etnográfico. Siguiendo a Martínez-Hernáez (2010), la etno- grafía plantea que “la comprensión relacional y holística de los mundos culturales no es posible desde una prescripción que cercene el sentido nativo. A su vez, el enfoque descriptivo abre las puertas a una posición de no-saber que es la base para una relación dialógica entre sistemas expertos y profanos, entre grupos sociales y entre colectivos culturales” (Martínez-Hernáez 2010: 66). Es así como el enfoque etnográfico posibilita el diálogo (Allué et al, 2006), y “se conforma como una especie de macroscopio relacional que intenta devolver a las represen- taciones, comportamientos y factores socia- les su función y su lógica contextual (Martí-

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