Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

73 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 antigua discusión que, sin embargo, nos recuer- da algo importante para esta coyuntura: desde que el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn plan- teara el concepto de Paradigma hace más de 50 años, iii sabemos que la ciencia y su avance se debe a un proceso dialéctico, consensual, histórico y situado, atravesado por intereses diversos y muchas veces ocultos, o al menos invisibilizados. La biomedicina, como tributaria del paradigma de las ciencias exactas, ha apro- piado la noción de objetividad, en la que basa gran parte de su legitimidad; desconociendo o ignorando este imprescindible recordatorio del modo en que se construye el conocimiento, es decir, que el conocimiento es un proceso itera- tivo, recursivo, que va y vuelve, en el que las certezas, si las hay, lo serán sólo por una frac- ción de tiempo limitado. Esto lo podemos ver concretamente en el discurso público sobre la pandemia en nuestro país, donde se apela recurrentemente a la “certeza” sobre la cual se fundaría la toma de decisiones. Nos pare- ce importante recuperar la noción de que el conocimiento científico es una construcción, y como tal no está ajeno al ensayo y error, y a los intereses de toda clase, puesto que preci- samente así es como se produce conocimiento. Transparentar las incertidumbres contribuye a sostener una mayor credibilidad en la pobla- ción, de lo contrario se genera un ambiente de desconfianza que es nocivo para las estrategias de salud pública. Urge conocer las condiciones que hacen posi- ble (o imposible) tener los resguardos necesa- rios para el autocuidado y el cuidado de otros/ as en el contexto de esta pandemia, en la que no solo importa el número de contagios y de muertes, sino cómo se experimenta la vida y iii  El libro La estructura de las Revoluciones Científicas fue publicado en 1962. la muerte; por ejemplo, cómo se cuida la salud mental de las personas o las situaciones de violencia de género, entre otras realidades y problemáticas complejas. En momentos donde pareciera que la crisis estructural amenaza con barrer los cimientos de nuestra sociedad, es indispensable volver a reconocer cuáles son los aspectos sobre los que la población o las distintas poblaciones que habitan el territorio nacional quieren poner el foco, para estructurar un nuevo modo de relacionarnos en tanto sociedad. Con todo esto, creemos que es necesaria y urgente una política participativa, que ofrezca espacios de reflexividad, de información, de transparencia y protagonismo en las estrate- gias de abordaje de la sindemia. La mirada en clave antropológica La reflexividad, característica inherente a la disciplina antropológica (Martínez-Hernáez, 2008), aporta la noción crítica que permite dar cuenta de la particularidad del modelo biomé- dico, pues aunque hegemónico, no es el único que existe, sino más bien uno más de los tipos de medicina posibles. Como el resto de los sistemas médicos, la biomedicina responde a un conjunto de preceptos culturales y morales, que se han transmitido de generación en gene- ración como parte de un proceso de socializa- ción (Menéndez, 1994). Por lo tanto, la lógica y el modo de hacer de la biomedicina se tornan cuestionables y relativos, al mirarse desde otros posibles prismas. En contraposición al enfoque biomédico hege- mónico, creemos que si se tuviera en cuenta el proceso de salud-enfermedad-atención como

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