Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
58 VIRUS Y SOCIEDAD: HACER DE LA TRAGEDIA SOCIAL, UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIOS en la Plaza Baquedano (rebautizada durante el estallido social como Plaza de la Dignidad) la cual fue un foco importante de manifesta- ciones durante la crisis social de octubre 75 , y también se le sorprendió comprando alcohol en una botillería 76 . Episodios de esta índole pueden debilitar el llamado a la prevención y distanciamiento social del gobierno, además de causar revuelo comunicacional y cultivar el malestar en la población confinada. Los énfasis comunicacionales del gobierno en junio y junio se mantuvieron en la capaci- dad hospitalaria y de ventiladores mecánicos. La estrategia comunicacional del gobierno se mantuvo controversial hasta que Jaime Maña- lich renunció como Ministro de Salud el 13 de junio. El nuevo Ministro de Salud, Dr. Enrique Paris, adoptó una estrategia comunicacio- nal menos confrontacional y ha incluído en los reportes diarios del gobierno a científicos, expertos y alcaldes. Esta nueva estrategia ha mostrado a las vocerías del Ministerio de Salud más abiertas a las consultas de la prensa, repa- rando las relaciones lesionadas por el ministro anterior, y otorgado información desde distintas fuentes para reforzar el llamado al autocuidado. Gobernanza y participación La gobernanza de la crisis sanitaria ha sido poco participativa y con rasgos autoritarios. Si bien se han creado espacios de participación estos han sido de carácter consultivo y de alcance limitado. La primera instancia que se conformó fue 11 de marzo, cuando el presidente convoca a un Consejo Asesor de expertos compuesto por académicos y funcionarios de Salud Pública 77 . Cabe destacar que, en este Consejo, práctica- mente la mitad de sus miembros correspondía a funcionarios del propio Ministerio de Salud. Otras organizaciones de la sociedad civil fueron excluidas de las deliberaciones del Consejo. El 14 de marzo se declaró la fase 3. Para ese momento, el público, el Colegio Médico (COLMED), y la Asociación Chilena de Muni- cipalidades (AChM) demandaban un curso de acción más drástico, incluyendo la suspensión de clases a nivel nacional 21 . Posterior al anun- cio de la mantención de clases presenciales la presión se acumuló y el COLMED, junto a socie- dades científicas y alcaldes exigieron saber qué se estaba discutiendo con el Comité Asesor, especialmente el análisis para mantener las clases. El COLMED exigió medidas más estric- tas como la prohibición de eventos masivos y la gratuidad del examen de SARS-CoV-2 en la atención, también denunciaron que la cuarente- na de los casos y sus contactos no estaba sien- do debidamente resguardada 78 . Una a una, las principales universidades en el país anunciaron sus cierres presenciales y el comienzo de uso de herramientas digitales para la docencia 79 . Algunas municipalidades y colegios privados las siguieron. En cadena nacional, una vocera del Consejo Asesor anunció que no recomendaban el cierre de las instituciones educacionales 12 . Horas más tarde, después de reunirse con repre- sentantes de la AChM, el presidente decretó el cierre de colegios desde el 16 de marzo 14 . El público tuvo acceso a las minutas del Conse- jo Asesor, donde se explicó la existencia de un desacuerdo respecto al cierre de colegios, con algunos miembros defendiendo el énfasis en manejo de casos y contactos 80 . El rol del Conse- jo Asesor fue puesto en duda y cuestionado públicamente después del episodio. La tercera semana de marzo se caracterizó por el débil liderazgo del gobierno central. Las autoridades municipales tomaron la delantera y decidieron cancelar eventos, cerrar centros comerciales y parques, incluso contra las
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