Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
41 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 y la urbanización es un aspecto crucial. Como sitios de grandes reuniones y condiciones de vida densas, las ciudades ofrecen el escenario perfecto para la propagación comunitaria de la infección. Actualmente, las ciudades albergan más de la mitad de la población humana del mundo, lo cual puede generar un gran impacto en el medio ambiente, pero también oportunidades para mejorar el bienestar a través del acceso a la atención médica, la educación y las conexio- nes sociales 37 . Al mismo tiempo, las profundas desigualdades y la pobreza marcan las ciuda- des, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, existiendo barrios marginales que carecen de entornos seguros, desabastecidos y de baja densidad 37,38 . La conectividad dentro y entre las ciudades es clave para la velocidad de propagación del virus; si el COVID-19 hubiera aparecido en Wuhan hace un siglo, antes de que la ciudad se convirtiera en un centro para miles de personas que viajan diariamente cerca y lejos en tren, autobús y avión, este virus probablemente no habría tenido un impacto global tan rápido 37,39 . Por otro lado, cuando se implementaron medi- das efectivas de control de la movilidad huma- na, se mitigó la propagación del virus, dejando entrever que la conectividad y la movilidad humana son factores muy importantes 37,38 . No obstante, el control de la movilidad humana ha tenido algunos beneficios ambientales ines- perados, como la reducción de la contamina- ción del aire y acústica debido al descenso de los vehículos motorizados circulando 40 . Esto nos lleva a reflexionar acerca de un período post pandemia orientado a la reducción de la movilidad que tendría beneficios sanitarios y ambientales, por ejemplo, ¿cuántas reuniones de trabajo podrían realizarse de manera virtual, sin requerir que las personas se trasladen al lugar de la reunión? De todas formas, como consecuencia de la reducción de la movilidad, las personas comen- zaron a mirar más cerca de casa en términos del acceso a los servicios y productos para el consumo cotidiano, la forma de obtención de recursos económicos, e incluso a otras perso- nas para interactuar 37 . Sin embargo, la expan- sión urbana junto a una mala planificación de los barrios y ciudades, ha llevado a identificar la falta de servicios esenciales (y de buena calidad) cercanos a las comunidades y que las grandes distancias entre actividades implican la necesidad de una alta movilidad 39 . Además, se debe considerar que los entor- nos urbanos tienen algunas características comunes, muchas de las cuales son factores que deben considerarse en una emergencia sanitaria como la actual. Por ejemplo, la densi- dad de personas en las viviendas, en el trans- porte público y en los entornos laborales es alta 38 . Todos estos ambientes construidos son potenciales vectores para la propagación de COVID-19 al inducir interacciones cercanas entre individuos, contener fómites (materiales que transmiten enfermedades infecciosas), y mediante el intercambio y transferencia viral a través del aire 38,39 . Este es uno de los gran- des desafíos que se debe abordar tanto para controlar la pandemia actual, como para preve- nir o inhibir futuras pandemias, y es posible que necesitemos encontrar diferentes formas físi- cas para abordar el problema de la densidad, permitiendo que las personas vivan, trabajen y se comuniquen incluso mientras se aíslan temporalmente. La globalización y la urbanización generan desafíos que debemos enfrentar, sobre todo en un mundo posterior al coronavirus. La solución
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