Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

20 VIRUS Y SOCIEDAD: HACER DE LA TRAGEDIA SOCIAL, UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIOS La salud mental de los trabajadores y la pandemia En un escenario neoliberal que ha expuesto a la fuerza de trabajo a duras condiciones de explotación económica y dominación social, la clase trabajadora -incluyendo asalariados, subempleados, trabajadores por cuenta propia y a honorarios, cesantes, etc.- está sometida en su salud mental a los efectos tanto clínicos como psicosociales antes mencionados, con el agregado de factores de riesgo que provienen de las condiciones de vida a las que acceden según el puesto que ocupan en las relaciones sociales y que agregan más vulnerabilidad a enfermar y al deterioro de la salud mental propia y de sus familias. La precariedad de sus vínculos contractuales y la flexibilidad labo- ral, tan característicos de la relación Capital – Trabajo en contexto neoliberal, se desestabiliza aún más con el efecto que a nivel individual y como clase social les produce la aplicación de una estrategia de intervención en salud sobre la pandemia que no es precisamente salubrista sino economicista (CUT, 2020; Orgs. Sociales, 2020; Coord. Sindical, 2020). Esto hace que todas las medidas de mitigación del impacto de la pandemia sobre esta clase social sean insuficientes, puesto que están limitadas por el proteccionismo que el gobierno hace de los indicadores macroeconómicos que derivan de los procesos productivos y la reproducción del capital financiero. De esta forma, operan sobre la salud mental como factores de daño psicoe- mocional hechos como los siguientes: Limitaciones al acceso oportuno a la atención médica ante la sospecha de contagio e ingreso rápido al tratamiento de sus complicaciones. Burocratización, cuando no directamente obstruccionismo, para el uso de licencias médi- cas, con garantía y oportunidad de pago. Serias limitaciones de acceso a todos los recur- sos de autoprotección personal y familiar que son recomendados en el mundo entero para evitar el contagio, tanto en el ámbito laboral como en la vida cotidiana. Dificultades importantes para lograr bonifica- ciones económicas especiales por parte del Estado y los empleadores, garantías de respeto a las relaciones contractuales vigentes, pospo- ner pagos de servicios básicos (luz, agua, etc.) y compromisos con entidades financieras por un período determinado, etc. Por el contrario, las bonificaciones impulsadas están por debajo del sueldo mínimo cuando no son financiadas con fondos de los propios trabajadores. El impedimento para la participación de las organizaciones sindicales en el diseño y desa- rrollo de estrategias de acción en salud por parte de las autoridades de gobierno opera como un mecanismo adicional de discrimina- ción para la clase obrera; mismo hecho ocurre con la negación sistemática de espacios en la televisión para los dirigentes de las principales organizaciones de trabajadores. Se trata de un ninguneo estratégico de estos actores sociales con el fin de ocultar la profundidad de la crisis y sostener al sistema. Obviamente estas conduc- tas autoritarias impactan en la subjetividad individual y colectiva de los trabajadores. Grupos vulnerables de la sociedad frente a la pandemia Trabajadores de la salud: Elevado nivel de tensión laboral y carga de trabajo, en condicio- nes de carencias importantes de medios para el autocuidado personal; alto índice de ausen- tismo derivado del contagio y la sospecha, con escasa capacidad del sistema para cubrir dicho ausentismo; instrucciones ministeriales orien- tadas a una gestión estricta y ahorrativa del

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=