Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios
133 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 En la reflexión que hace Celso Amorim sobre la geopolítica después de la pandemia 21 , en cuanto al lugar de América Latina y del Caribe (ALC) en la construcción de esta ‘Nueva Orden’ global, una opción para los países de la región sería la actuación aislada, cada uno buscando obtener el máximo de ventajas individuales de alianzas preferenciales con algunos de los grandes polos estratégicos. Parecería más lógico, en una nueva “multipola- ridad” (todavía con trazos de bipolaridad) que se avecina, que las naciones de ALC actúen de forma tan unida como sea posible, países en desarrollo que son y que necesitan todavía capacitarse para los grandes desafíos económi- cos y tecnológicos del futuro. Todavía, es difícil imaginar, argumenta Amorin, que con gobier- nos tan dispares en la región, y con el mayor de ellos abrazando una política de sometimiento explícita, un escenario de mayor independen- cia pueda producirse, pero debe permanecer en el horizonte en cuanto las condiciones polí- ticas lo permitan. Para finalizar, presentamos algunas ideas que mezclan análisis y propuestas de micro y macro envergadura: Todos los países deben asegurar de que los sistemas sanitarios públicos cuenten con recur- sos adecuados y sostenibles, porque nuevas amenazas se van materializar en el futuro. Para garantizar el confinamiento necesario, la política económica debería continuar amorti- guando las pérdidas de ingreso de los hogares a través de medidas sustanciales y bien focali- zadas, además de brindar apoyo a las empresas que sufren las consecuencias de restricciones obligatorias a sus actividades. Se han implementado varios modelos de ayuda para las poblaciones más vulnerables, en la mayoría de los países de América Latina, con resultados variables. Ahora se está discutiendo el mantenimiento de esta ayuda y, en socieda- des más “atrevidas”, con gobiernos más progre- sistas, a través de la implementación de progra- mas de ingreso mínimo universal o parcial (por ejemplo, para familias con niños pequeños). Los movimientos sociales y comunitarios de la región tienen demostrado su valentía y son actores fundamentales en la defensa de la vida y de la democracia, así como por encontrar soluciones que ni de cerca son capaces las estructuras pesadas y burocráticas de muchos gobiernos. Los Estados nacionales y los organismos multilaterales de variadas naturalezas deben comprometerse con el financiamiento hacia la producción de insumos sanitarios necesarios, de modo que todos los países tengan acceso equitativo a vacunas, medicamentos y otros bienes, que sean reconocidos como ‘bien públi- co’ regional y global. El desarrollo a nivel nacional y regional del complejo económico-industrial de la salud dando respuesta a las necesidades podría tener un papel sustantivo en la retomada el creci- miento económico a nivel nacional y regional. La comunidad internacional debe brindar a las iniciativas nacionales un respaldo muchísimo mayor, entre otras formas ofreciendo asistencia financiera a países con una capacidad econó- mica y sanitaria limitada. Los elementos económicos, sociales, ambien- tales y sanitarios reseñados se dan en un contexto de inestabilidad política generaliza- da. La confianza en las instituciones políticas
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