Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

119 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 de mercados y mantener abierto el comercio internacional 43 . Sin duda que la aplicación de estas medidas requiere de una organización interna y global y de definir este ámbito de las políticas como de alta criticidad. En la misma dirección de lo anterior, previa- mente, hemos propuesto un conjunto de inter- venciones que incluían entre otras, retomar la discusión sobre el derecho constitucional a la alimentación inocua y saludable; vigilar precios de los alimentos; entregar un subsi- dio a alimentos saludables y esenciales como frutas, verduras y legumbres; distribuir tareas de alimentación y cuidado en las familias para evitar la sobrecarga de las mujeres; reforzar los programas de entrega estatal de alimentos; facilitar los circuitos cortos de comercialización de alimentos; apoyar económicamente, pero también con elementos de salud, a feriantes y pequeños productores agrícolas y pesqueros; y garantizar la operación de puntos de venta de alimentos saludables 44 . Kanter y Boza por su parte han llamado al forta- lecimiento de los sistemas alimentarios locales en tiempos de crisis planteando un enfoque de interrelaciones entre cambio climático, crisis y resiliencia, en base a acciones colectivas como compras en línea, despacho a domicilio, hora- rios restringidos y preferenciales en almacenes, ferias y retail, y esfuerzos público-privados para mantener la fluidez de la cadena alimen- taria, entre otros. Lo cual debe ser logrado con la participación de distintos actores/sectores tales como supermercados, agricultura familiar, consumidores, exportadores y mercados loca- les; concluyendo que las crisis sociales o sani- tarias, constituyen una oportunidad para tomar medidas que permitan un sistema alimentario más sustentables 45 . Nos preocupa la inseguridad alimentaria en su amplio concepto y consecuencias, el hambre, la desnutrición, la mala calidad de la alimenta- ción, la obesidad, el respecto por las prácticas culturales y familiares, la urgencia y el largo plazo. Por lo que, recogiendo las propuestas de organismos internacionales y de diversos grupos de estudio, proponemos que debiesen fortalecerse los programas de alimentación estatal de salud y de educación. Adicional- mente, vemos necesario instaurar un bono de alimentación que asegure a todas las personas el acceso a alimentos de calidad, durante todo el periodo de crisis, y que complementariamen- te favorezca los circuitos cortos de comercia- lización, contribuyendo a prevenir la pobreza. Esta estrategia debe incluir la organización y protección del comercio de alimentos para prevenir la diseminación del COVID-19, con énfasis en los ambientes de abastecimiento como ferias libres, mercados y almacenes de barrio, pero también en espacios más grandes de venta. En situaciones de crisis como la que represen- ta la pandemia por COVID-19, el derecho a la alimentación saludable e inocua se convierte en un asunto crítico. Los circuitos cortos de producción, distribución y comercialización de alimentos se transforman en un tema de Estado para prevenir la inseguridad alimenta- ria, promover, apoyar y fortalecer estrategias de resiliencia y evitar el hambre en su sentido amplio (cantidad suficiente y calidad adecua- da de los alimentos). Esto implica un fortaleci- miento y protección del canal agroalimentario tradicional. La responsabilidad ineludible es del poder ejecutivo, en colaboración con legis- ladores, academia, organismos internacionales y sociedad civil. El gobierno debe tomar un rol conductor y el mundo privado vinculado al circuito alimentario, debe estar a su disposi- ción, así como en otras áreas críticas.

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