Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

115 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 Dado que los ambientes alimentarios previa- mente descritos definen el acceso y disponibi- lidad de alimentos, sean estos saludables o no, se relacionan de manera directa con la seguri- dad alimentaria de una población. Cambios en los ambientes alimentarios frente al Covid-19 La pandemia del Covid-19 y sus respuestas sociosanitarias han modificado en diversos grados cada uno de los ambientes alimenta- rios, obligando con ello a repensar la seguridad alimentaria de la población. En este contexto las características que orga- nizan el ambiente alimentario doméstico muy probablemente han cambiado de forma signifi- cativa, siendo especialmente determinantes la disminución del ingreso familiar por la pérdida de empleo, y la restructuración de la organi- zación al interior de la familia por las medidas de confinamiento sanitario. Las consecuencias esperadas de estos cambios se relacionan con la selección y compra de alimentos más bara- tos y probablemente de peor calidad nutri- cional (con mayor densidad energética, de azucares, sodio y grasas saturadas), producien- do mayor propensión a la ganancia de peso. Estos alimentos de menor precio permiten una compra más abundante, logrando que la familia quede satisfecha por más tiempo. En este ambiente se observa además, un aumento de la carga de trabajo para las muje- res, que estando en casa con toda la familia, deben cumplir labores de cocina, aseo, limpie- za, cuidados de niños/as y adultos mayores, y horarios laborales presenciales o a distancia, postergando sus necesidades personales, entre las que destaca su alimentación; lo que ha sido descrito previamente en condiciones de vulne- rabilidad y pobreza 25,26 . El cierre de lugares de trabajo, universidades e institutos, escuelas, jardines infantiles, y otros organizaciones públicas y privadas, ha provo- cado la suspensión del ambiente alimentario organizacional 24 . Muchas personas que reci- bían alimentación en sus lugares de trabajo o estudios, ya no lo están recibiendo de la misma manera que lo hacían habitualmente. Esto nuevamente entrega una carga al ambiente alimentario doméstico, donde se debe tratar de sustentar las comidas de todos los miem- bros de la familia, durante todo el día. Como una medida de mitigación de la carga del hogar por la alimentación de los escolares, la JUNAEB ha estado entregando canastas de alimentos, cuyos beneficiarios corresponden a aquellos estudiantes que pertenecen a los Programas de Alimentación Escolar y el Programa de Alimen- tación de Párvulos 27 . Así mismo, los universi- tarios que poseían el beneficio BAES, lo han mantenido, permitiéndoles comprar alimentos en ferias, supermercados o locales similares. No hay mucha evidencia de cómo se ha modi- ficado el ambiente vía pública, pero es posible que este ambiente haya disminuido hasta su mínimo posible. Con las medidas gubernamen- tales para evitar la propagación del virus, una parte importante de la población ha sido confi- nada en sus hogares, se han cerrado trabajos no esenciales, universidades y escuelas, con lo que ha disminuido el tránsito de las personas en las calles y otros lugares públicos, por lo que la probabilidad de comercio de alimentos en la vía pública es muy escasa. Si bien, esta venta de alimentos no siempre está normada por la ley, el hecho de verse disminuido podría estar afectando directamente a las familias que ven en este comercio el sustento del hogar, impac- tando también el ambiente alimentario domés- tico de manera indirecta.

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