Virus y sociedad : hacer de la tragedia social, una oportunidad de cambios

113 Ensayos sobre la pandemia por COVID-19 leche (1970), hasta la ampliación de las atribu- ciones, en 1980, de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), “para que se distri- buyeran, siempre en forma gratuita, desayunos y almuerzos a los niños que iban a las escuelas y liceos” (p. 57) 20 , el horizonte se centró en la desnutrición infantil y en la entrega de alimen- tos, orientándose a combatir la inseguridad alimentaria. En la década de 1990 se inicia una fase de tran- sición, en la cual coexisten problemas demalnu- trición por déficit con malnutrición por exceso, adquiriendo la obesidad cada vez más prota- gonismo en las políticas públicas desde 2000 en adelante 21 . Esta transición se corresponde con la ampliación, en los años 90, de la jorna- da escolar obligatoria, lo que implicó aumento en la cobertura del Programa de Alimentación Escolar (PAE), y la creación en 2006 de la Beca de Alimentación Educación Superior (BAES), correspondiente a un subsidio de alimentación “que se hace efectivo a través de una tarjeta electrónica de canje que puede ser utilizada en unareddelocalesysupermercadosautorizados” (p. 15) 21 . Asimismo, se comienzan a implemen- tar diversas y sucesivas políticas y progra- mas sectoriales e intersectoriales, orientados a prevenir y controlar esta nueva situación, como el Programas Vida Chile, EGO Chile, el Sistema Elige Vivir Sano, el Programa Vida Sana, la Ley sobre la Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, y la Política de Alimentación y Nutrición. Sólo esta última incluye y retoma conceptos como la seguridad alimentaria, el derecho a la alimentación y los ambientes alimentarios 20 . En esta línea, en 2017, siguiendo las recomen- daciones de la FAO, la encuesta CASEN incor- poró la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria, consistente en ocho preguntas destinadas a evaluar la percepción de inseguri- dad alimentaria 3 . Según esta medición, el 3,4% de las personas se encuentra en un estado de inseguridad alimentaria severa y un 13,6% posee inseguridad alimentaria moderada o severa 3,16 . Aunque estas cifras no son satisfactorias, es importante indicar que son las más bajas entre los países de América Latina y el Caribe que han aplicado la encuesta. La pandemia por COVID-19 sin duda ha impac- tado en lo económico, social y también en la seguridad alimentaria de los hogares en Chile. Datos preliminares de la Encuesta Social Covid-19 del Ministerio de Desarrollo Social, realizada durante julio de 2020, muestran que casi 60% de los hogares declara haber dismi- nuido sus ingresos, siendo más compleja la situación de los hogares liderados por mujeres y con presencia de niños, niñas y adolescen- tes: 54% dice haber disminuido sus gastos en alimentos y 19,4% está enfrentando problemas de inseguridad alimentaria moderada/grave (Encuesta Social COVID-19, Ministerio de Desa- rrollo Social Septiembre 2020. Descargable en: http://observatorio.ministeriodesarrollosocial . gob.cl/layout/doc/covid/RESUMEN_Encues- ta_Social_Covid-19_03.09.2020.pdf). 23 Los ambientes alimentarios: definiciones en Chile Una noción clave para pensar y problematizar la idea de seguridad alimentaria y por ende, el de inseguridad alimentaria, es el concepto de ambiente alimentario. Aunque ampliamente difundidoen la literatura, noexistendefiniciones conceptualmente unívocas de qué constituye un ambiente alimentario. Glanz y col. plantean que estos se caracterizan por su complejidad y la diversidad de niveles involucrados en la determinación potencial del consumo y prefe-

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