Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

73 sentido, éstas nos hablan de la cosmogonía maya quiché, poniendo en evidencia aspectos importantes de su cultura, organización y la relación con el otro, con la alteridad, con lo distinto. Es importante entonces, cómo las palabras van aportando a la construcción de la identidad maya, de esa forma de ser y estar en el mundo, y su rel- ación con la naturaleza. La representación. El drama se representó durante tres siglos en San Pablo de Rabinal, en la provincia de Baja Verapaz, en Guatemala hasta que en el siglo XIX, el abate francés Charles Étienne Brasseur, transcribió el tex- to dictado por el nativo Bartolo Ziz Ziz, que había formado parte de las representaciones de la misma hacía treinta años y conocía de memoria la pieza, habiéndola aprendido de su padre y abuelo, también participantes de la puesta en escena. Hasta ese momen- to, la obra se transmitió oralmente de generación en generación, por más de trescientos años, manteniéndose y arraigándose en la cultura mayense durante ese período, contando con una planta de movimiento, musical y coreográfica muy definida. El 25 de enero de 1856, seis años después de que Charles Étienne Brasseur transcrib- iera el texto de labios de Bartolo Ziz Ziz, la obra se representó para que el abate francés afinara su transcodificación, agregando tam- bién la transcripción de la música y de la planta de movimiento y coreográfica completa (Cid Pérez & Martí de Cid, 1964, pp. 208-209). Étienne Brasseur escribió el texto en quechua, para posteriormente traducirlo al francés. Años más tarde, el profesor Georges Raynaud, estudioso de las culturas precolombinas escribió otra versión, tam- bién en francés, que fue traducida luego al español por Luis Cardo- za y Aragón. La experiencia del abate francés con la cultura maya al

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