Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

69 si bien en el acto segundo y tercero la escena es casi enteramente dialógica, también intervienen los tambores y trompetas para eje- cutar sones propios de su cultura. Otro de los temas importantes que nos permite señalar la forma en la que se estructura el discurso en esta obra, es el respeto que se tiene por el otro. No sólo en los turnos de palabra, que se respetan y se oyen completamente, sino también las formas de comenzar y terminar cada turno de palabra, deja ver de forma patente una rel- ación de caballerosidad por el otro, sea quien sea el interlocutor. Esta cordial semantiene aun cuando el Varón de los Queché se haya convertido en un enemigo de guerra, que ha usurpado, destruido y ocupado territorios de los Rabinaleb y, más aún que ha amenazado tanto al Varón de Rabinal como al Jefe Cinco-Lluvia. Se reconoce al adversario, se muestra respeto por la diferencia, incluso en tiempos de guerra y, aunque es declarado culpable y condenado a morir, se le brinda un trato acorde a su posición, otorgándole lo que pide (co- midas, bebidas, la posibilidad de bailar, entre otras cosas). Esto ex- plica el pasaje del cuarto acto, en el cual el Gobernador de Rabinal accede a la voluntad del general Queché, y manda a una sirvienta a que traiga a la Madre de las Plumas, La Madre de los Verdes Pajaril- los, La Preciosa Gema para ejecutar una danza con la joven. Esta mujer sería la esposa del Varón de Rabinal; o la prometida de éste, según el análisis de Chesney Lawrence (1995, p. 3900), por lo que el sentido que adquiere el ‘concedérsela’ al Varón de los Queché, para que baile junto a ella, pone en alto el valor de la rivalidad y el honor guerrero de estos pueblos. Todo esto, es aún más significativo en tanto que, cuando se describen a La Madre de las Plumas como una mujer cuya boca y su faz están ‘sin estrenar’ refieren a algo más que al hecho de tratarse de una mujer virgen, sino también que ha

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