Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción
32 mandan un análisis de la visualidad y del espacio, como también de sus representaciones corporales profusamente documentadas en vasijas y piezas artísticas. Si el objeto de estudio demanda un cambio de paradigma, entonces el teatro debe asumir que una historia de las formas que represen- tan su existencia en tanto drama, amplía sus márgenes de clasifica- ción en la medida que la noción misma de teatro es re-significada considerando que aquello que definía sus fronteras disciplinarias –el modelo occidental- resulta obsoleto en un espacio cultural que conoce otras tradiciones estéticas. La matriz colonial de poder de la que nos habla Mignolo (2014), es una estructura compleja, puesto que son muchas las variedades de colonialidad: La colonialidad del poder está atravesada por actividades y controles específicos tales como la colonialidad del saber, la colonialidad del ser, la colonialidad del ver, la colonialidad del hacer y del pensar, la colonialidad del oír, etc. Muchas de estas formas de control pueden agruparse bajo la colonialidad del sentir , de los sentidos, es decir, de la aesthetica . Tardíamente, en el siglo XVIII, la aesthetica fue apropiada por el pensamiento imperial y transformada en estética, sentimiento de lo bello y lo sublime. En el correr de los últimos tres siglos, lo sublime pasó a segundo plano y lo bello totalizó la estética y quedó limitada al concepto occidental de arte . En suma, colonialidad del poder remite a la compleja matriz o patrón de poder sustentado en dos pilares: el conocer (epistemología), entender o comprender (hermenéutica) y el sentir ( aesthetica ). (2014, p. 17)
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