Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

31 fía del conocimiento, y así lo que Europa veía como un “descu- brimiento” empezó a considerarse una “invención”. (2007, p. 28) Ni las divisiones continentales ni la separación entre oriente y oc- cidente –como la de norte y sur- son existencias dictadas por algún orden divino. En rigor, corresponden a estructuras de pensamiento, a constructos, como señala Mignolo (2007), que desempeñan una labor de violencia epistémica, un diferencial de poder en el que estas estructuras, por ser las que representan a una episteme me- tropolitana, terminan por establecer el orden categorial asumido como legítimo y verdadero. Contra esa jerarquía impuesta por el dictum del colonizador, Mignolo (2014) propone un ejercicio de in- subordinación epistémica, validando el paradigma decolonial como aquel marco teórico capaz de contrarrestar el influjo de la perspec- tiva imperialista de la historia. ¿Qué significa insubordinar un orden epistémico? Desde esta perspectiva teórica, en principio el ejercicio de contestación a un orden categorial dado por sentado, involucra una modificación radical de las condiciones con que tradicionalmente se leen los procesos históricos. En segundo término, significa re-conceptuali- zar aquello que permanecía fijo en tanto categoría o marco de ex- plicación. Por consecuencia, lo tocante al teatro debe ajustar sus propios márgenes de interpretación, asumiendo que difícilmente la categoría heredada de los griegos pueda explicar –o traducir- la diversidad de formas creativas que antecedían al drama religioso europeo. Insubordinar un orden epistémico es la razón de ser de las ciencias sociales en la medida que se vislumbra un nuevo ob- jeto de estudio. Así, las teatralidades comunitarias precolombinas –diversas en su contenido y en su configuración discursiva- de-

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