Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

24 ejercicio de pensamiento radica en un cuestionamiento de orden categorial: ¿por qué aceptar de buenas a primeras un solo mar- co teórico –el del teatro de la tradición occidental- para expli- car prácticas que exceden los límites interpretativos de dichos marcos? El ensanchamiento de los márgenes que hoy en día convierten al teatro en un campo expandido, tiene un fondo de explicación en el carácter interdiscursivo de las teatralidades de base, entendiendo por tales las diversas prácticas comunitarias que mezclaban danza, música y palabra en un contexto de fies- tas, ritualidades e innumerables expresiones ancestrales. Así, no es de extrañar la idea que inferimos desde Cornejo Polar (1996) en torno a las nociones de heterogeneidad de base (o primaria) y semiótica (o secundaria). En efecto, el carácter inter-semiótico de esta producción discursiva es algo que debemos tomar muy serio antes de categorizar formas que en su ropaje primigenio impugnan una limitación conceptual. Una teoría crítica del teatro latinoamericano, así como la esta- mos definiendo, debiese ser el marco de discusión de los instru- mentos teóricos con que frecuentemente definimos y caracteri- zamos las producciones culturales, y aún más si se trata de ana- lizar realizaciones que preceden al ingreso del marco epistemo- lógico eurocristiano, cuestión que abordaremos más adelante a propósito de la noción de geopolítica del conocimiento (Mignolo, 2007; Moraña, 2018). Esta idea –la de tensionar los instrumentos teóricos- la tomamos del apéndice sobre “Mestizaje, transcultu- ración y Heteroneidad”, escrito por Cornejo Polar. En el citado texto, el teórico peruano señala la importancia de las categorías con apego a las cuales definimos el carácter heterogéneo del es- pacio cultural latinoamericano.

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