Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción
11 tradición prehispánica, que abordamos en el capítulo 2, y, final- mente, a la resonancia –estética y política- del teatro barroco la- tinoamericano, cuya figura cumbre es Juana Inés de la Cruz (sin duda, junto a la del también mexicano Juan Ruiz de Alarcón). La demarcación temática que proponemos pudiera representar para el lector un criterio relativamente arbitrario de la elección, pero aún concediendo ese punto, decidimos optar por aquellas problemáticas atendiendo a nuestra experiencia de trabajo do- cente en el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile. Conocido el marco de renovación curricular en marcha desde hace unos años –primero en Diseño Teatral y después en Actua- ción Teatral-, las asignaturas de historia debieron abandonar sus afanes teleológicos para dar paso al estudio de problemáticas. Por ejemplo, y en el caso particular del teatro latinoamericano, una cuestión muy recurrente es el denominado problema de la trans- codificación, que supone el paso de una tradición oral a la escritu- ra, dando pie no solo a un problema relativo a la traducción, sino también al de la traductibilidad de dichas prácticas. En el paso de un estatuto oral y representacional a uno de la escritura, se pierden aspectos invaluables desde un punto de vista cultural y comunitario. Como lo demuestra la acción de Bartolo Ziz en su na- tural Verapaz, responsable de heredar a sus descendientes la his- toria de Rabinal Achí , ni la danza ni la música que acompaña los diálogos entre los personajes de esta historia comunitaria logran sobrevivir al episodio de traducción lingüística, que entre otras cosas evidencia fuertes implicancias ideológicas y doctrinarias. De modo tal que las traducciones, entendidas ahora como obras dramáticas, darán paso a la adecuación de sus historias al modelo retórico del cristianismo en tanto empresa ‘civilizadora’. De hecho
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