Antología Fillke Ketrxan: semillas múltiples

23 Lelikelen N°1 Antología | Fillke Ketrxan: Semillas Múltiples. el piso. No, no era un viaje feliz, al menos a mí me tocó de cerca la dulce tibieza de la mujer a mi lado y su bebe era el único que dormía con los vaivenes delirantes del bus como si fuera una cuna mecedora. De pronto la chica que parecía dormir; se volteó, me miro y me pidió disculpas por haberme manchado con su leche. - En realidad no me manchó, me alimentó jajá, su chije- tada saltó justo en mi boca y tragué un buen resto, nunca pensé que la leche de madre saliera tan tibia y sobre todo con tanto azucaramiento…. Noté que se avergonzó, si la vergüenza se expresara con brillo de ojos y arreboles de color en la cara. Tal vez fui muy osado y me preparé ahora para disculparme yo, cuando me miró fijamente y tragando saliva me dijo con voz de trémulo sentir: - Sabe que este pequeñito me tiene los pezones destroza- dos y a veces hasta me sale leche con sangre, si hubiera más luz se daría cuenta que no sólo le cayó leche. Su declaración no me dio asco. Me dio ternurismo y me compadecí de su sufrimiento. Estaba a punto de decirle que buscara hojitas de Siete Venas mojadas con el pri- mer rocío de la mañana y se las pusiera sobre las heridas cuando me interrumpió de manera brusca. - Mi abuela me dio un remedio. Te debe chupar los pezo- nes un wentru mapuche grande y que haya tomado harto chemiscol. Cuando lo vi a usted me acordé y encima us- ted viene pasado a vino. Era cierto, siempre antes de viajar me tomaba unos bue- nos tintos en el mismo bar donde lo hacía Pichula de Pe- rro, pero hoy no se apareció allí y por eso sabía que él, esta vez, manejaría sobrio y loco como un suicida. Yo en cambio, tomémás que de costumbre para poder soportar