Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia
Cuadernos de Beauchef 88 en la enseñanza de la economía. No puede ser que los economistas estén sentados sobre una bomba de tiempo que no puedan ni ver. A principios de 1980, Piñera, Pinochet y los economistas (incluido el mismo Milton Friedman) aplaudían el “éxito” económico de la dictadura hasta ese momento. Dos años después Chile sufrió una de las peores crisis de toda su historia. Cómo es posible que las personas que aparentan tener la mejor formación en economía (recordemos que Piñera tiene un doctorado en economía en Harvard y los economistas de la dictadura obtuvieron sus posgrados en Chicago) no sepan identificar la gravedad del escenario económico. Es ilógico formar economistas que no sepan dónde están parados. Algo similar ocurrió antes de la crisis financiera global de este siglo, en la que muy pocos economistas advirtieron sobre la crisis. Esto se debe a la deficiente forma de entender la economía del grueso de los economistas. Sin embargo, no basta con un electivo de historia del pensamiento económico, o un electivo de macroeconomía heterodoxa (que incluye muchísimas escuelas de pensamiento), es necesaria una restructuración radical de los programas de economía y del rol de los economistas en Chile, con miras a los grandes desafíos que se avecinan y con el fin de solucionar temas tan delicados como las zonas de sacrificio, la destrucción medioambiental, el endeudamiento de los hogares, la pobreza, la desigualdad, la explotación laboral, la volatilidad macroeconómica, etc. Las consecuencias políticas y sociales de que Chile “produzca” economistas que ignoren las fuerzas que operan en las economías capitalistas y quienes las operan son sumamente graves. Afirmar que la mejor política económica es la que no se hace, en un escenario donde existen grandes oligopolios, monopolios y actores que toman decisiones económicas que determinan la vida de millones de personas, es básicamente crear el ámbito institucional en el que estos actores tienen la posibilidad de distorsionar no solo la economía (cobrando mayores precios por sus mercancías, coludiéndose, elevando barreras de entrada a nuevos competidores, por ejemplo), sino también el mundo político. Los casos de corrupción han ocurrido con grandes empresas que no se han caracterizado precisamente por operar en mercados competitivos. Todos estos fenómenos han ocurrido en Chile, en las últimas décadas y a vista y paciencia de los economistas.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=