Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia

Cuadernos de Beauchef 84 Todos quienes estudiamos microeconomía estudiamos al consumidor racional, que maximiza su utilidad (usualmente usando dos bienes) sujeto a restricciones presupuestarias. Esto es lo que se conoce como la “micro fundamentación” de las curvas de oferta y demanda. Aplicar una política económica sobre la base de la teoría de consumo de la teoría neoclásica, fundada en agentes racionales que buscan maximizar su utilidad mediante la optimización de sus funciones de utilidad (que tiene que cumplir ciertas condiciones matemáticas para que la teoría tenga coherencia), suena por lo menos ridículo. Más osados son los autores que sostienen que la macroeconomía es simplemente la agregación de individuos racionales maximizadores de utilidad, y que se puede explicar el comportamiento y los patrones del capitalismo como el simple agregado de un “agente representativo”. Suponer que todos los agentes son iguales y que el comportamiento agregado de esos agentes es simplemente la suma de sus comportamientos individuales, es severamente cuestionable en términos metodológicos. Algo similar ocurre cuando uno avanza en la carrera y llega a los cursos de macroeconomía, específicamente al funcionamiento del sector bancario. A los estudiantes se les enseña que, en términos macroeconómicos, el ahorro total determina la inversión total. Es importante destacar que con “inversión” se hace referencia a la demanda de activos de capital (como máquinas, equipos, activos inmobiliarios, etc.). Esto quiere decir que, teóricamente, la acumulación de capital (la inversión) estaría determinada por el monto que ahorren todos los agentes de la economía, y el sector bancario sería un mero intermediario entre ahorradores e inversores. En esta forma de entender la economía los bancos son meros intermediarios de recursos, y la cantidad total de dinero está determinada de forma directa por el Banco Central vía la base monetaria, dinero en sentido tradicional, como billetes y monedas, y determinando el “multiplicador” bancario, es decir, fijando cuantas reservas de dinero deben conservar los bancos comerciales limitando la creación de préstamos. En la teoría monetaria tradicional, la autoridad monetaria tiene control directo sobre la cantidad de dinero en la economía.

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