Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia

La pandemia como evento socioecológico extremo en la crisis del desarrollo 51 ecosistemas sigan sujetos políticamente a los contenidos del paradigma normalizado, seguiremos enfrentados a todos aquellos riesgos desconocidos e invalidados como tales por este paradigma. La pandemia, como evento extremo, desmonta el principio de acuerdo con el cual la población solo espera pasivamente a que los conocimientos expertos operen sobre ella. En virtud de esta evidencia, la pandemia puede ser un evento extremo que nos abra con mayor velocidad y seguridad hacia la construcción de otros principios de relación con/en los ecosistemas, y de otras fórmulas para conocer los impactos de la intervención humana en ellos. Segundo argumento. Consumo desmedido vs. desarrollo sustentable Con el montaje de procesos tecnológicos y culturales tendientes a la superación del subdesarrollo, sociedades latinoamericanas como la nuestra se han visto fuertemente imbuidas en sistemas de consumo desenfrenado (Bringel y Pleyers 2020). Lejos de llevarnos a la condición de países desarrollados, estos sistemas de consumo han traído consigo la reproducción de pautas estandarizadas directamente asociadas con la producción agroindustrial, la expansión del crédito y el endeudamiento. El principio del consumir para poder consumir se ha globalizado, sin la posibilidad de resguardar o fomentar ritmos y modos de consumo localizados. Muy por el contrario, la velocidad de las dinámicas económicas y culturales de la globalización en las últimas décadas ha implicado que nuestros consumos deriven en un problema crónico para los territorios, desde el cual se generan cantidades de basura que, responsablemente, no estamos siendo capaces de gestionar. El reemplazo de productos como las fibras o las maderas por el uso de plásticos y aluminios, ha traído consigo magnos dilemas para la gestión de residuos, tanto desde el punto de vista tecnológico como ecológico y político (Barreda 2017). Por tanto, si la pandemia, como evento extremo, nos fuerza a rediseñar nuestros consumos, abre al mismo tiempo espacios para enfatizar la importancia de promover nuevas pautas y rutinas que refuercen otros valores. Para ello, es fundamental

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