Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia

Riesgos socionaturales. Una discusión interdisciplinaria 27 Vamos al desglose de los cuestionamientos planteados. Primero que todo, reconociendo el trabajo de Luhmann (1998, 2007) en torno al carácter complejo y funcionalmente diferenciado de la sociedad contemporánea, sostenemos que dicha sociedad está conformada por subsistemas que cumplen funciones específicas; este sería el caso de los sistemas político, jurídico, científico, económico, etc. Asimismo, como condición para el cumplimiento de sus funciones, estos subsistemas están clausurados operativamente y determinados estructuralmente, conservando, no obstante, una apertura cognitiva respecto a su entorno —configurado por los otros subsistemas—, el que es procesado mediante el código dominante de cada subsistema (poder/no poder, legal/no legal, verdad/no verdad y pago/no pago, medible/no medible, modelable/no modelable y así respectivamente). Bajo esta lógica, cada uno de estos subsistemas siguen una racionalidad fundada en su propia forma de observación de la realidad; es decir, cada sistema parcial, a partir de la aplicación de su código, genera su propio punto de observación respecto de la totalidad del mundo, lo que impide la constitución de una racionalidad uniforme y unívoca para enfrentar los problemas de la sociedad (Arnold y Urquiza, 2010). La consecuencia epistemológica de este razonamiento nos deriva a un “constructivismo radical”, una versión radicalizada de la “construcción social de la realidad” (Berger y Luckman, 2001; Hacking, 2001), pues todo conocimiento no es más que una construcción interna del mundo exterior. Sin embargo, la ciencia presenta una singularidad en este sentido, pues utiliza el metalenguaje de las matemáticas, que tiene un carácter ubicuo en la construcción de coherencia interna en todos los subsistemas. Por ello, no obstante la tendencia hacia una globalización económica, la mundialización política y la influencia de las tecnologías de la información y de la comunicación, la sociedad moderna adolece de una racionalidad global que permita simbolizar el mundo de manera única para los distintos dominios comunicacionales, como antes podían hacerlo la religión o la moral.

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