Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia

Encuentro del Sol 167 veces de los más jóvenes. Había cierta inocencia en ellos, que generaba un resplandor de pureza y de amor. Fue así como Luna comenzó a llenarse de esperanza y comprendió que la salvación de la tribu estaba en aquellos jóvenes. Con ellos trabajaría para llevar a cabo su misión. Entonces descansó para tener más energía en la noche, que era cuando ella preparaba sus rituales de magia blanca. Mientras Luna descansaba, el Sol posó sus rayos sobre dos hermosos y fuertes muchachos, a quienes les mostró un sendero que iba a la montaña. Los jóvenes no lo pensaron dos veces y subieron al encuentro del Sol. Cuando Luna despertó, vio a toda la tribu alborotada. Los muchachos no regresaban y sus familias habían dado la voz de alarma. El consejo de la tribu estaba reunido y mucha gente se había agolpado a los pies del cerro donde los jóvenes habrían comenzado su travesía. Empezaba a hacer frío, el cielo se había nublado y pronto oscurecería. Luna corrió a su bosque, pues debía adelantar su magia. En el camino se encontró con Rayo Mágico, un mago amigo de ella. Se había hecho conocido en otras tribus por encontrar agua y sanar a personas muy enfermas. Luna sabía que si Rayo Mágico estaba ahí no era casualidad y le contó lo que había acontecido en Buchú. Rayo Mágico sacó su varita y de pronto disparó un rayo de ella, el cual apuntó a un lugar en la montaña. —“Ahí están”, le dijo y desapareció. Luna volvió corriendo a Buchú. Esperó que los hombres y mujeres del consejo salieran de su reunión para informarles dónde estaban los muchachos; sin embargo, no la quisieron escuchar. Fue a la tienda donde se encontraban reunidas las familias de los muchachos perdidos y, si bien la escucharon, desconfiaron de lo que les decía. Entonces Luna comprendió que la desconfianza de la tribu también era hacia ella y que su magia no era compatible con la sabiduría que manejaban los ancianos de la tribu. Luna se fue triste a recorrer Buchú y comenzó a dudar de su propio poder. No obstante, la sombra de su tristeza enmarcó la luz de aquellos jóvenes que habían sido iluminados por el Sol y que aparecieron