Cuadernos de Beauchef: ciencia, tecnología y cultura : vol. IV Crisis medioambiental y pandemia

Cuadernos de Beauchef 118 Desde el punto de vista de la estructura etaria, es nacesario saber cuáles son los grupos predominantes: ¿son los niños, los jóvenes, los adultos o los adultos mayores de la tercera o de la cuarta edad? Ciertamente, cada uno de estos grupos tiene características distintas, las que, en un contexto socioterritorial determinado, los hacen más o menos vulnerables. Por ejemplo, desde un punto de vista etario, ¿cuál es el grupo más vulnerable en Chile? En las últimas décadas, Chile ha desviado su mirada desde los niños a los adultos mayores que, sin ser aún un grupo etario de dimensiones muy grandes en comparación con los países desarrollados, probablemente sea un grupo más vulnerable que en aquellos países, considerando la precariedad de la previsión social y la salud pública existente en el país. En efecto, en la actualidad, la salud pública chilena ha dejado en evidencia sus serias deficiencias, exacerbadas por la pandemia, poniendo en riesgo especialmente a la población adulta mayor. En términos de género podemos plantearnos preguntas parecidas. Por cierto, la proporción de los individuos de uno u otro sexo en una población es aquí secundaria, siendo los aspectos socioculturales de un territorio, relacionados con tales diferencias, los más importantes en términos de vulnerabilidad. Al respecto, ¿cómo es el acceso de la mujer a la educación y al mundo laboral? ¿Existe discriminación negativa a la mujer en los sistemas de salud? ¿Favorecen los modelos de familia prevalecientes la inserción de la mujer en la vida pública de la sociedad? Entre otras preguntas que, claramente, también se pueden y deben realizar a nivel regional y comunal. Por otra parte, las perspectivas de desarrollo de un territorio también se relacionan con su estructura etaria, considerando la proporción de población en edad de trabajar, la productividad promedio de los trabajadores a distintas edades o el capital y la capacidad de ahorro de las personas dependiendo de su edad (BID, 2000). Asimismo, los gastos educacionales también varían con la estructura etaria de una población, mientras que la demanda por servicios de salud cambia con

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