Gobernanza y protección de derechos civiles y políticos en contexto de Pandemia COVID-19

Un rasgo central de la desigualdad en el país es la concentración de ingreso y riqueza en el 1% más rico. El 33% del ingreso que genera la economía chilena lo capta el 1% más rico de la población, mientras una parte importante de los chilenos y chilenas sobrevive con bajos salarios en empleos precarios e inestables. Una serie de miedos, que van desde el ser objeto de maltrato, violencia, y discriminación en espacios públicos, hasta la posibilidad de encontrar la muerte en el propio hogar en el caso de las mujeres, rodean la vida de amplios sectores de chilenos y chilenas. La última década coincidió con un incremento de las movilizaciones so- ciales dando cuenta de un malestar social en diversos ámbitos, como del hecho de que no se había producido un abandono de la política en el país, sino que un desplazamiento de esta hacia nuevos temas que logra- ron instalar en la agenda pública las demandas por una educación más inclusiva y gratuita, una salud buena y al alcance de todos, una jubilación digna, la defensa del medio ambiente, los derechos de las mujeres y de los indígenas, entre otros. La desconfianza acumulada por múltiples ex- periencias negativas y frustraciones cotidianas, aparejada con el males- tar por una desigualdad percibida como injusticia, explica en buena me- dida el estallido del 18 de octubre de 2019 resumido en la consigna “no son treinta pesos, son treinta años” refiriéndose a un movimiento social transversal que se levantó luego de un alza de 30 pesos en el transporte. Las feministas del 2018 que exigían el fin de los abusos sexuales y la vio- lencia contra las mujeres, así como otras discriminaciones; los enfermos que pedían una salud digna; los adultos mayores con jubilaciones que no les alcanzaban para vivir; los estudiantes que lucharon por la gratui- dad; los ambientalistas contra del extractivismo y los mapuche. Todos los “otros” se encontraron en las calles a fines del 2019 protestando, reco- nociéndose en este espacio se reconocieron en un “nosotros” construido en torno a un enemigo común: un gobierno entendido como elitista con intereses indiferenciados con el poder económico, los partidos políticos, jueces, legisladores y medios de comunicación tradicionales. Cuando las manifestaciones callejeras y el eco del estallido social aún no se calmaban llegó la pandemia de la mano de los que regresaban de sus vacaciones en Europa y otros países. Precedida por una gigantesca cele- bración del 8 de marzo donde un millón de mujeres coparon la Alameda exigiendo una vida sin violencia, el derecho a decidir sobre sus cuerpos, el acceso a trabajos dignos y pagados igual que los hombres, el apoyo .64. POSITION PAPER N°2 LORETO REBOLLEDO Directora del Instituto de Comunicación e Imagen.

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