Re-vision del cine chileno

como referencia, cuyo frontis es el escenario común para desarrollar la acción: el negro da el encargo al cura: Ro– dríguez arranca: los Talaveras lo persiguen: los Talaveras piden permiso al cura para revisar la iglesia; Rodríguez evade a los Talaveras disfrazado de cochero llevándose al cura, uniendo en este mismo espacio persegu idores y per– seguido. El otro espacio en que se desarrolla esta se– cuencia está trabajado de la misma forma, tratamiento que se mantiene a lo largo de la película. la cámara. de plano en plano. se desplaza de un lugar a otro teniendo s:empre la referencia de un espacio ya establecido. Para equilibrarse ella recurre al iris como una forma de centrar la atenc 'ón en una zona del cuadro. sin cambiar de p~ar.o. Por ejemplo. en la primera secuencia, luego que un grupo de patr:otas es d;suelto a culatazos por los Talaveras, hay un plano de uno de ellos en el suelo. Cuando los Talaveras se van. el lris centra la atención en su rostro que grita : "¡Ya seremos libres y las pagarán todas, perros opre. sores! ·· TITULOS Veinte títulos - letras blancas sobre fondo negro- a lo largo de la película van situando la gran cant"dad do acontecimientos en un hi lo argumenta!. Algunos están usa. dos como forma de entregar antecedentes necesaríos pa– ra la acción. otros corno conclusión de alguna secuencia. y otros como trans :ción de una situac'ón a otra. Pero no están usados para reemplazar una puesta en escena o rei– terar algo expresado ya en la imagen. salvo algunas ex. cepciones que Sergio Bravo mantiene como respeto a su t utor. Los diá 'ogos están escritos en letras blancas sobre la imagen en la parte inferior del cuadro, sin recurr:r a los títulos explicat ivos. De esta manera los títulos no pro– ducen una detención en la acción, sino muy por el contra– rio, son un elemento narrativo que la hace progresar. La pelícu'a se abre y se c:erra con un título. Comienza con uno que entrega el antecedente de la primera secuenc·a: 67