Re-vision del cine chileno
sarrollan con precisión, de tal modo que siempre los su– Jetos están manejados en el cuadro previsto y fotografia– dos en equllibrio áureo. Estas características, propias del cine convencional, hacen más evidente la inverosimilitud de los personajes que están encarnados por actores diri– gidos también convencionalmente. La cámara registra con pulcritud los ambientes, desta– cando la cuidadosa puesta en escena: tal limpieza de mo– vimientos y encuadre Imprimen a la cámara un ritmo es– tático y de falta de compromiso con la acción. Esto es no– torio en la secuencia del "angelito" y las escenas del ro– bo donde. a pesar de la vitalidad de los actores no profe– sionales, la cámara imper~onal los registra apegada a sus moldes rígidos sin alcanzar a recnger todo el valor de esos acontecimientos vinculados a nuestra Identidad. El montaje es la bas.e de sustentación estructural del filme. El desarrollo de las acciones es relatado a través de la Interrelación de los planos. que va señalando el sen– tido de las historias paralelas en el tiempo y tangentes en el espacio. Un logro del lenguaje cinematográfico en lo referente al montaje es el rigor del filme para ajustar los cortes <ie cada plano. que constituyen por sí mismos un aporte al ritmo total. En los diálogos se hace evidente una vez más al me– jor nível trabajado en la secuencia del "angelito" y en la escena del robo. Ellas evidencian la Indagación y contras. tan con los estereotipos del lenguaje utilizados en las es– cenas convencionales de las historias paralelas. En la es– cena del velorio unas pocas palabras y canciones logran expresar una faceta de la realidad proletaria urbana chi– lena. La banda sonora está elobarada con gran riqueza ex– presiva: por una parte la excelente música Incidental com– puesta por Tomás lefever y por otra, los recursos utiliza– dos en la escena deí "angelito". Ellos registran pri– mero los rezos de las comadres del conventillo y luego 346
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