Re-vision del cine chileno

La muerte prematura de Giambastiani y Bussen :us es. posiblemente, la causa principal por la que no se conser– va su obra documental. En Francia, por ejemplo, el histo– riador de cine Georges Sadoul consigue en 1946 que Louis Lumiére -de entonces ochenta y dos años de edad– confíe a la Clnemateca Francesa las mil ochocientas pe– lículas realizadas por él y sus operadores a partir de la Invención del c •ne. En México sucede algo semejante, los 50.000 metros de "vistas" sobre la revolución y esa época fl!mados en 1896 por el Ingeniero Salvador Toscano (que su hija guardaba) son montados por ella en 1950 con el nombre de "Memorias de un mexicano". constituyendo un material de incalculable valor para la historia del cine. En Chile ocurre exactamente lo contrario : después del falleclmlento de Salvador Giambastlanl, ocurrido en 1921. su empresa clnematográfica "Chile Fllms Co." (posterior a la primitiva "Gf.ambastlani Films") es adquirida por Alfredo Wolnltzkl, qu!en la denomina "Andes Films"; Wolnltzkl se declara en quiebra a comienzos de 1932 y la compañía es comprada por Gustavo Bussenius quien, con un crédito bancario, se convierte en propietario del equipo técnico y en deudor de la Kodak Chilena, su proveedora de pelícu– la virgen. Tres meses después de l,a transacción comercial fallece trágicamente Bussenlus: el estudio de la calle Teatlnos 41 se mantiene cerrado por más de un año; pa– sado este plazo el hasta ese momento benevolente pro– pietario del Inmueble, Luis Barros Borgoño, sollclt-a a la fuerza pública el lanzamiento de los bienes del arrendata– rio. Avisada por una transeúnte, la viuda de Bussenlus re– curre al gerente de la Kodak Chilena. quien hace rescatar por su personal el equipo cinematográfico y las películas abandonadas en la calle como una forma de cancelarse la deuda. En este punto se pierde el rastro de las coplas y de los negativos orlglnales de Giambastianl y Bussenius. Nadie sabe nada. La Iniciación del cine sonoro en 1931 propone como obsoleta la etapa anterior. con lo cual todas las personas vinculadas de alguna manera al cine mudo se sienten liberadas de cualquier omisión. sin escrúpulos de orden cultural. 208

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