Re-vision del cine chileno
tante por entretener al espectador antes que denunciar o plantear una tesis: por esto la percepción cr,tica. si se oroduce, depende en gra11 medida de lo que el espectador esté dispuesto a rescatar de la híbrida historia ofrecida. En cierto sentido es la relación de las situaciones y la forma de construir cinematográficamente el argumento la que denota una carencia de profundidad para explicar y resolver el problema que gira en torno a la familia García del Castaño y lo que ella representa. No existe en el des. Arrollo de la estructura un planteamiento de fondo que funcione como elemento distanciador entre la anécdota y el público; por el contrario, la interpretación crftlca nace de una posible elaboración Individual del espectador quien -por ldentificación con los personajes o con ciertas si– tuaciones- logra a partir de ellas el reconocimiento de ciertas verdades. De este modo nuestro desdén emotivo por dor Julio ouede ser también producto de un desprecio virtual o In– consciente a la estructura de poder que él representa. Es don Julio quien, a través de su fría gesticulación y omni– potencia de sus acciones. aparece en definitiva con la capacidad para sostener esa escala de valores -que si bien el filme la denuncia con debilidad- somos sólo nosotros. desde nuestra perspectiva histórica, quienes la denotan como injusta. El personaje Maturana, a través de su heroico acto final, es el único ser que al interior mismo del filme se rebela en forma clara: sin embargo, el sig– nificado profundo de su acción pierde fuerza y se diluye debido a su carácter bufonesco de tnspfración alcohóllca. Podemos afirmar que tanto el argumento como su pre– sentación cinematográfica están construidos oobre una ba– se en la que se confunden varios conceptos y objetivos; pareciera que el realizador se debatió entre opciones do– bles para orientar su filme y que. al elegir por fin lo me– ramente anecdótico, se permitió también la introducción en io espectacular cinematográfico sin compromisos con. cept..iales nl ideológicos. Por su parte. lo anecdótico está tratado con rigor, Si se considera la recreación costum- 187
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