Re-vision del cine chileno

dio de la fuerza al sacerdote. El montaje inicia un papel equillbrador de estas dos nuevas posiciones que se en– frentan: el compromiso, el rechazo. Es un montaje de cho– que (Eisenstein-Aldo Francia, guardando distancias). Botas en primer plano. Espaldas, atrás la gente. Rostros. Armas. Presenta concretamente dos mundos en pugna y del cual el sacerdote se ha hecho partícipe. Lejos ha quedado la procesión; ahora viene el acto del sacerdote al enfrentar– se a su nueva situación. Y el montaje aúna estas dos si– tuaciones por medio de planos épicos y una selecclón particular de sus elementos como botas y armas, para pre– sentar este choque que se va a desatar. Una vez ocurri– do. el sacerdote reacciona y devuelve con fuerza la gra– nada de humo. actuando. Allí el filme detiene la Imagen. Elemento nunca usado por el realizador hasta ahora: sim– boliza. estatlzando la acción. el nuevo plano en que el sa– cerdote se encuentra. A partir de él puede morir o puede seguir. Lo importante es que se ha decidido. ha llegado al punto máx'mo de su compromiso. De allf la necesidad de inmovillzar la Imagen; con ella se detiene el proceso para mirarlo. para ver su resultado. El sacerdote ha res. pondfdo. Es importante notar una característica dentro del mon– taje, es la prescindencia de puntuaciones. A la vez interesa observar que. por tratarse de un filme de ac– ción, se mimetiza el uso de esos recursos. Ellos parecen no existir , simplemente porque la acción no puede dete– nerse. es ella la que propone los pasos de una escena a otra. los camb 1 os son realizados a través de los cortes una vez agotada la acción. Así por ejemplo. para pasar de la secuencia donde el sacerdote Jaime. ya decidido, está hablando a sus nuevos feligreses pobres de Ir a la marcha pacíficamente se va de inmediato en corte a la procesión que avanza. para luego cortar a la marcha política . Se establece así, sin intermediarios, una nueva situación: Jaime en su nuevo estado. 174

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=