Re-vision del cine chileno
ilustrar la tesis. Por otra parte se hace surgir a un per– sonaje que, sin ser protagonista. llega a tener parte activa en la conducción de la historia. De esto resulta que, de una indagación en la realidad, se pasa a una sucesión montada de planos de diversos personajes sin contenido dramát:co verdadero, ya que no tiene relación con el José anterior a la detención de cuadro que separa la primera de la segunda parte del fllme. Sin manipulación de montaje ya estaba presente en la primera parte la feroz oposición entre la forma de vida de José y los vanos intentos de la sociedad por Incorporarla a una cultura que no correspondía a sus necesidades concretas. La fidelidad a la realidad y la eliminación de conceptos previos de la primera parte son , sin duda, los valores que destacan a esta película dentro de lo que podría ser la his– toria del lenguaje cinematográfico chileno. Sin embargo. el "no llegar hasta las últimas conse– cuencias" impide penetrar a la profundidad de lo que Raúl Ruiz intuyó como "el conjunto de técnicas dest'nadas a resistir la agresión cultural" (29) que José y con él los mar– ginales de la sociedad establecen para rechazar inconscien– temente su incorporación a la cultura oficial, a esa misma sociedad que "culturiza" a José según sus patrones de civi– lización y luego lo mata cuando éste ha comprendido su responsabilidad. DIRECCION DE ACTORES Al analizar los diálogos de esta película se advierte que no existen escenas cuyo desarrollo dramático permita una progresión en el ritmo de conductas o emociones, sino un personaje que va obedeciendo a las circunstancias que se le presentan. En ese sent;do José del Carmen (El Chacal) se devela a través de sus acciones concretas en cada situación y de sus actítudes únicas ante cada hecho. No existe, explícitamente. una visión Interior. sl- 156
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