La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 40 15. Dos sesiones, con un tiempo total de 180 minutos en una escuela pobre que opera un currículo per- sonalizado. J. Filp, C. Cardemil, et al. Control social disciplina y cambios: Estudio de las prácticas pedagogicas en una escuela básica popular (Santiago de Chile: CIDE/Documento de trabajo, 1987). (RAE 4553). V. Espínola informa que los maestros sólo dedican el 72% del tiempo de clase dentro de la sala de clases, en: Evaluación del sistema de mercado como estrategia para mejorar la calidad de la enseñanza básica sub- vencionada (Santiago de Chile: CIDE/Documento de discusión, No. 5, 1990) 42. 16. Esas son las tendencias que muestra Alvin Toffler en su trilogía y que también se anticipara en Peter Drucker, The Frontier of Management (NewYork: Harper and Row, 1986). 17. Knapp 782. 18. Problemas similares existen en los países desarrollados. B.Watson y R. Konicek,“Teaching for Conceptual Change: Confronting Children’s Experience,” Kappan 71.9 (mayo 1990) 681. 19. “ preparación de Guías de adecuada calidad toma un mínimo de 30 a 50 horas-especialista por cada hora de clase. 20. D. Kearns, “Toward a Generation of American Schools,” Kappan 74.10 (June 1993): 775. 21. S. Schmelkes 1992. 22. Un estudio realizado en México mostró que sólo un 25% de los maestros investigados tendía a compen- sar las deficiencias académicas de sus alumnos y que al hacerlo no usaban metodologías validadas.Ver C. Mu oz, P. Rodríguez, M. Restrepo y C. Borran¡,“El síndrome del atraso escolar y el abandono del sistema educativo”, Revista Latinoamericana de Estudios Educativos 9.3 (1979). 23. Ahí se concentra el 20% de los maestros de primaria que no tienen un certificado o título profesional y el otro 10% que ha obtenido un certificado participando en cursos en servicio. 24. B. Avalos, Enseñando a los hijos de los pobres. Un estudio etnogr fico en América Latina (Ottawa: IDRC, 1986). 25. J. Ezpeleta, Escuelas y maestros: Condiciones del trabajo docente en Argentina (Santiago de Chile: UNESC0/OREALC, 1989). 26. Hay suficientes maestros preparados, pero los bajos salarios no atraen a esos maestros a zonas aisladas o peligrosas. E. Schiefelbein, J. C.Tedesco, et al.“La ense anza b sica y el analfabetismo en LAC: 1980-1981’, Boletín del Proyecto Principal 20 (diciembre 1989). 27. Se ha experimentado con éxito dar clases de recuperación con un maestro adicional, monitores comuni- tarios y madres; pero estas alternativas no evitan el que se produzcan nuevos problemas. El costo unitario tiende a subir bastante cuando se usan profesores adicionales. 28. Cita de investigaciones de C. Mu oz en S. Schmelkes, Los contextos y la calidad de la educación b sica, CEE, Septiembre 1992. 29. C. Mu oz, et al. 1979. 30. El absurdo llegó al grado de que R. Dottrens quemó sus “Guías de aprendizaje para los alumnos” a fin de no interferir en la creatividad de sus discípulos. 31. En el banco de datos de REDUC los académicos de América Latina encuentran la información de los 18.000 informes disponibles, pero los maestros de escuela no tienen acceso a los métodos y experien- cias m s adecuados para ense ar un determinado tema. 32. En unas 2000 p ginas cualquier Manual de cirugía ofrece descripciones detalladas de los procedimientos
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