La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 225 5.3.2 La pedagogía de la alteridad La Pedagogía de la alteridad nutre a la pedagogía deliberativa, con una serie de principios que deben acom- pa ar el accionar de la escuela. En primer lugar, indicar que el proceso educativo se inicia con la mutua acep- tación y reconocimiento de todos los participantes de la deliberación, en la voluntad de responder del otro en la acogida gratuita y desinteresada del profesor o profesora a los estudiantes, de modo que éstos perciben que son “alguien” y que son reconocidos en su singularidad personal. Sin reconocimiento del otro y compromiso con él o ella no hay educación. Por ello, cuando hablamos de educación estamos evocando un acontecimiento, una experiencia singular e irrepetible en la que la ética se nos muestra como un genuino acontecimiento, en el que de forma predominante se nos da la oportunidad de asistir al encuentro con el otro/otra, al nacimiento (alumbramiento) de algo nuevo que no soy yo. (Ortega Ruiz 2004). Los términos que la pedagogía de la alte- ridad emplear para darle sustento a su propuesta ética es el de “acogimiento” con el otro; de “responsabilidad” con el otro de “hospitalidad“ con el otro (B rcena y Melich, 2000). La responsabilidad es un concepto central en pedagogía de la alteridad, entendiéndola como “la responsabilidad para lo que no es asunto mío o que incluso no me concierne”. Inclusive la responsabilidad llega al nivel de ser responsable de la responsabilidad del otro. Es ir m s all del concepto corriente que tenemos de la responsabili- dad y de la aproximación hacia el otro. Por lo general, existe una responsabilidad intencionada, una aproximación al otro porque me es conocido, por que espero una reciprocidad. A veces soy responsable del otro por un sen- timiento de culpa, porque debo tranquilizar mi conciencia. En esta postura se sostendr que:“yo soy responsable del otro sin esperar la recíproca, aunque ello me cueste la vida” (Levitas, 2000). Es rol de la pedagogía de la alteridad en su vinculación con la pedagogía deliberativa ense ar a mirar de frente, aunque esa mirada cause sufrimiento, angustia, impotencia. Ense a a que no se puede dar la espalda y decir “no es asunto mío” aunque no sea asunto mío; o decir “por que yo... que se preocupen otros, los m s cercanos” aunque sea yo el m s lejano de los lejanos. La pedagogía deliberativa esta llamada a instalar expresiones y com- portamiento que dicen:“¡sí, esto es de mi incumbencia!” y a erradicar del lenguaje y en las acciones, manifestacio- nes como:“¡Yo, me mantengo al margen!”. De esta forma la pedagogía deliberativa se hace tributaria del primer artículo de la Declaración Universal de Derechos humanos que adem s de reconocer que todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos exige que debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros. 5.3.3 La pedagogía problematizadora La pedagogía problematizadora es parte consustancial de la pedagogía deliberativa. Los estudiantes se ver n enfrentados a posiciones discrepantes, toda vez que la deliberación en torno temas de orden cultural, político, social y económico u otros que aborden har n irremediablemente emerger posiciones, tensiones, contradiccio- nes y conflictos valóricos y cognitivos propios de las historias personales de los participantes. Es así como al abordar temas relacionados con los derechos humanos, el trabajo, la educación, la salud, el me- dio ambiente, la administración de justicia, el divorcio, el aborto, la delincuencia y la seguridad, la tolerancia y la discriminación, la pobreza, la fragilidad de la democracias, la violencia, el racismo, la impunidad y la corrupción, surgen entre los estudiantes posiciones antagónicas y encontradas. Piénsese, por ejemplo, en las deliberaciones y tensiones que se promueven cuando ciertos grupos por defender sus tradiciones y costumbres y reforzar su identidad cultural, en ocasiones se tensiona con el car cter “universal” de los derechos humanos. En el mundo del trabajo se presentan numerosas situaciones problem ticas, como son las expresiones modernas de esclavitud, de trabajos forzosos, explotación de menores, conflictos salariales y de jornadas laborales. De igual forma, hay innumerables situaciones problem ticas ligadas a la libertad de opinión y expresión en el mbito político y social, a la administración de justicia y a la protección de personas sometidas a detención o prisión: incluyen aquellas que se vinculan con la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y abuso de poder; la pena de muerte, etc.
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