La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile

LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 220 • En una democracia deliberativa aquello que es de interés p blico es político y por consiguiente, susceptible de deliberación y discusión publica; deliberación que no se agota en los debates que sostienen los represen- tantes democr ticamente elegidos. • En una democracia deliberativa, la deliberación se instala en la cotidianeidad de las personas, de suerte que es una pr ctica habitual que se emplea para decidir los asuntos que incumben a todos a los que la decisión afecta directa o indirectamente • En una democracia deliberativa se aprecia que hay disposición para argumentar, y persuadir a otros, y tam- bién dejarse convencer con explicaciones razonadas y razonables. • En una democracia deliberativa se favorece y se estimula la formación de una opinión p blica informada que sólo censura aquella información o juicio que atenta contra los derechos humanos. • En una democracia deliberativa frente a un asunto de orden p blico en el que hay desacuerdos de preferen- cias o de convicciones, las personas no aceptan las imposiciones • —que son en sí un acto antidemocr tico— ni tampoco se suman sin fundamentos a la voluntad de las mayo- rías sino que transforman p blicamente en la deliberación, las diferencias para alcanzar una voluntad com n. • En una democracia deliberativa las personas, m s que asumir una perspectiva individualista en relación a una situación p blica que les incumbe o afecta, toman una posición colectiva, valorando la reciprocidad de argumentos y justificaciones. Las personas que optan por una democracia deliberativa saben que interesa, en el momento de tomar decisio- nes que les ata en, tanto el proceso de la deliberación como su resultado. Por lo tanto, no estar n ansiosas de que las decisiones se concreten con premura y economía de tiempo, en un acto de votación, sino que dan lugar a que la deliberación fluya libremente. En una democracia deliberativa se abren canales para que todos y todas participen en las decisiones que les conciernen y hagan valer sus argumentos racionalmente. Apriorísticamente no se excluyen posiciones, ni se descalifican explicaciones; se incluyen todas las voces y se registran las manifestaciones tanto de consenso como las de disenso. En una democracia deliberativa se da preferencia a la participación, la deliberación y la argumentación para lograr que ciertas políticas p blicas se aprueben e implementen por sobre el ejercicio del poder corporativo o impositivo. 4.2. Indicadores que informan que no estamos en presencia de una democracia deliberativa Indicadores observables que evidencian que estamos en una democracia que no es precisamente deliberativa hay muchos, sólo a manera de ejemplo expondremos algunos: • Una democracia que se reconoce sólo porque los ciudadanos concurren a las urnas a elegir periódicamente a sus representantes en las diversas instancias gubernamentales o p blicas, siendo una democracia represen- tativa no es deliberativa. • Una democracia que induce a acatar a las mayorías, en donde las minorías deben sumarse, agregarse, incor- porarse a las mayorías, es una democracia de las mayorías, pero no es una democracia deliberativa.

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