La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 210 son incompatibles, dada la existencia de creencias, comprensiones y valores diferentes (Reis, y Galvão, 2009). Estas cuestiones socio-científicas son por naturaleza de car cter contencioso; pueden ser analizadas de acuerdo con diferentes perspectivas, que no conducen a conclusiones simples ya que, a menudo, implican una dimensión ético-moral (Levinson, 2006). Se trata de capacitar no sólo a los futuros tecnólogos y científicos que demanda el sistema de producción, sino que también a la formación ciudadana en los an lisis éticos y morales, entre otros aspectos, que son parte del ideario de la ciencia-tecnología–sociedad-ambiente (ct-sa). De esta manera, la en- se anza de las ciencias deja de tener como propósito preparar nicamente a aquellos interesados en estudiar ciencias o en formarse como tecnólogos o ingenieros, ahora la escuela debe pensar en la formación de todos los ciudadanos (Martínez, 2013: 3). En matemática se ha desarrollado tanto un enfoque constructivista-social (perspectiva sociocultural) como un enfoque crítico (perspectiva sociopolítica). Desde el primero, la educación matem tica toma postulados que re- velan la estrecha relación entre la micro-sociedad, el aula y la sociedad en la que est inmersa (S nchez yTorres, 2009). Se sostiene, entonces, que la matem tica no es un conocimiento neutral, sino un conocimiento/poder del cual los seres humanos hacen uso en diversas situaciones de la vida social para promover una visión determina- da del mundo. La matem tica no es un conocimiento nico, sino que existen una diversidad de conocimientos matem ticos asociados a diversas pr cticas sociales y culturales (postulado de la etnomatem tica) (Valero, 2007: 2). Bajo esta visión, se considera que existe una relación directa entre la matem tica, la educación matem tica y los espacios sociales en donde ellas adquieren significado y en este sentido, el contexto sociopolítico trasciende el aula, pues de manera cíclica, ello permite que los estudiantes le encuentren sentido a lo que aprenden y así mismo, el conocimiento y las actitudes construidas les permitir n permear tales aspectos (S nchez y Torres, 2009). En la medida que se vincula la matem tica con problemas de la vida real y los contextos sociales, económicos y culturales, éstos no sólo son m s motivantes para los estudiantes y producen mejores aprendizajes, sino que operacionalizan situaciones controversiales que los estudiantes confrontan. Piénsese, por ejemplo, en el empleo de la matem tica para dimensionar las inequidades y desigualdades que se producen en la distribución injusta de la riqueza; las diferencias de género en los salarios que perciben las mujeres respecto de los hombres; el n mero de personas excluidas y marginadas de la sociedad, etcétera. En lenguaje y literatura los espacios para la controversia son numerosos. Por sobre todo, obras literarias que est n cercanas a los problemas que los ni os y jóvenes est n enfrentando y que los cuestionan racional y emocionalmente, que los confrontan con su realidad y contexto, en las que sus personajes dan lugar a diversas interpretaciones, que interrogan y abordan temas valóricos. La literatura juvenil —que de por si es controver- sial— permite que los jóvenes puedan relacionarse afectivamente con sus personajes, les proporciona escena- rios realistas, dado que las controversias y conflictos capturan el interés de los estudiantes y les permiten hacer conexiones entre el comportamiento social y sus consecuencias. Esta literatura acomete temas que les concier- nen, por ejemplo, las relaciones con sus compa eros, con el sexo opuesto, el abuso con las drogas, la sexualidad, la libertad, etcétera (Enríquez, 2006). Algunos docentes argumentan que debido a que la literatura juvenil es polémica y controversial, y est llena de problemas con los que los jóvenes pueden identificarse, provee situaciones y escenarios realistas, a través de sus temas y conflictos, que conquista el interés de los estudiantes y les permite hacer conexiones reales entre los comportamientos sociales y sus consecuencias (Enríquez, 2006). De esta manera, comprenden la naturaleza humana y adquieren un mejor conocimiento acerca de ellos mismos y de los otros (Moss, 2000). Las artes ofrecen diferentes espacios para la controversia. La Asociación Nacional de Arte (National Art Educa- tion Association) hace notar que las artes deben procurar la libre expresión como una premisa b sica de una sociedad libre y democr tica y exhortar a que los estudiantes estén alerta frente a cualquier intento de limitar o acortar esta libertad. Los artistas han enfatizado que ense ar a los estudiantes a que creen obras de arte como parte de su crecimiento emocional y cognitivo, requiere de un currículum abierto y claro, así como un espacio donde puedan aprender y hablar de ideas controversiales en sus creaciones artísticas (Diane, 1996).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=