La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 187 Repensando la historia de las normales en el siglo XX La investigación respecto a las primeras décadas de las escuelas normales –que recién se ha sintetizado– dio pistas para un esfuerzo reflexivo y de construcción de hipótesis fundadas sobre el devenir de estas instituciones hasta su disolución en 1973. La evolución larga de las normales contuvo una combinación de logros y fracasos,“fortalezas y debilidades”, que son explicables no sólo por la din mica interna de las escuelas y sus actores, sino también por fuerzas históricas m s amplias. El propio desenvolvimiento de la sociedad chilena, en sus dimensiones económico-sociales, políticas y culturales, en m s de 130 a os, influyó directamente, en términos que la brevedad de este artículo no permite explicar. Se ha organizado una exploración en torno a los siguientes ejes principales. a. Instalación y consolidación de un modelo institucional de formación de profesores de primaria El contexto inicial fue el de un muy precario conjunto de escuelas primarias, atendidas por maestros pobres, legos y de muy bajas competencias. Principalmente por obra del Estado chileno, lenta pero sostenidamente, se instaló y consolidó un concepto y una pr ctica social e institucional de formación: para desarrollar la educación primaria se requerían no sólo escuelas, sino también maestros. Tempranamente se adoptó la idea fuerza que quienes ense aran en las aulas infantiles no debían ser practicantes improvisados. La ense anza sería una pr c- tica social que requería una formación especial. Los “preceptores” no sólo debían poseer los conocimientos a impartir, sino también cultivar los valores y prac- ticar las destrezas propias de la profesión pedagógica. Hacer realidad esta propuesta costó largos esfuerzos y nunca se realizó plenamente. En términos m s amplios, es resaltable que el Estado olig rquico y liberal haya emprendido directamente la construcción de una profesión socialmente necesaria. Desde 1842, el Estado de los Bulnes, los Montt, los Varas o los Santa María sostuvo una política, a menudo mezquina y con matices cambiantes, pero persistente en hacer del “preceptorado” una profesión, al modo como ésta era entendida en la época. Se esperaba cumplir de este modo y m s eficazmente los propósitos oficiales de moralización e integración cultural subordinante de las masas populares. En este marco, la profesión magisterial se entendió como un dominio técnico de saberes transmitidos y ejecuta- dos de acuerdo a lo “normal”. No alcanzó la de maestro primario el estatus contempor neo de las profesiones de nivel superior, que logran autonomía, autoridad y legitimidad social basada en la condición universitaria de su preparación inicial y de su formación continua. Pero aportó una proporción importante del personal técnico necesario para difundir la educación elemental. b. Contribución al desarrollo de la alfabetización y la educación primaria El desarrollo de la red de escuelas normales fue acompa ando, en interacción, el esfuerzo nacional de alfabetiza- ción y expansión de la educación primaria. Con una inicial lentitud y mayor velocidad m s tarde, estas institucio- nes proveyeron centenares o miles de maestros y maestras en la siembra de escuelas a lo largo del territorio. En esto, el país de hoy tiene una deuda con las normales de anta o. El nivel sociocultural de Chile en el Bicentenario no es explicable sólo por políticas y recursos de las ltimas décadas. Es una edificación lenta y acumulativa. Las escuelas normales hicieron un gran aporte en esta empresa colectiva. Pero no fue oro todo lo que relucía. Nunca en su historia las escuelas normales produjeron la cantidad de maestros y maestras que requería el crecimiento del sistema (Salas, 1917, p. 146). Puede responsabilizarse a las miserias o mezquindades del Estado que las prohijaba. Hubo un problema de recursos escasos. Es cierto que el fisco no privilegió a la ense anza primaria y normal en la distribución de los recursos educacionales. En este
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