La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 185 ense anza de una o dos asignaturas y fueron muy pocos los que se acercaron a lo que hoy día se estima una dedicación completa al cargo (N ez, 2009, pp. 67-74). La Escuela Normal de Preceptoras, como se ha dicho, estuvo a cargo de religiosas, con las fortalezas y limitacio- nes comprensibles de acuerdo a los c nones de la época. La segunda normal de preceptoras, fundada en Chill n, fue gestionada por monjas de la misma congregación. En cambio, la tercera, fundada en La Serena, fue dirigida por una meritoria maestra chilena, Mercedes Cervelló, de amplia cultura general y profesional, quien administró inteligente y abnegadamente la escuela normal, ense ando ella misma, acompa ada de algunos profesores del liceo local (N ez, 2009: 75-76). Los directores de escuelas normales, entre 1842 y 1885, fueron muy importantes en el desarrollo de sus ins- tituciones. A la vez, muy heterogéneos como conjunto. En la normal de varones de Santiago, en dicho lapso, hubo figuras tan trascendentes como Sarmiento, cuya gestión en la normal chilena fue analizada bas ndose en artículos del Monitor de las Escuelas Primarias , en Ponce (1890), Jenschke (1922) y Ministerio de Educación P blica (1942), su sucesor M ximo Argüelles, quien promovió el régimen de internado, y Guillermo A. Moreno, que sobresalió por dirigir la escuela durante 11 a os y dejar huella de su claridad de ideas sobre la gestión pe- dagógica y administrativa. Dos de los directores fueron egresados distinguidos de la misma normal: Emilio Jofré y EulalioVargas. Algunos de los directores pusieron m s énfasis en la dimensión socio-educacional de desempe o; otros, en la gestión administrativa y el disciplinamiento de los alumnos, como Victorino Garrido; hubo también directores de breve gestión. Los directores y directoras tuvieron estabilidad en sus cargos.Algunos sirvieron durante tres períodos presiden- ciales, la mayoría sirvió bajo dos mandatarios y algunos en uno. Por otra parte, los directores y directoras tuvie- ron que sortear diversas dificultades sociopolíticas y administrativas.Al mismo tiempo, todos sirvieron la c tedra de pedagogía teórica en sus respectivas normales. No hay indicios suficientes sobre el contenido u orientación de su ense anza pedagógica, salvo el empleo que algunos hicieron del manual de Bernardo Overberg (1754- 1826), quien había fundado la primera escuela normal germanoparlante y redactado una Guía de Instrucción Primaria. “…Este pedagogo, con ser sacerdote católico no aceptaba el aprendizaje mnemónico del catecismo y preceptuaba que el catecismo debe explicarse antes de estudiarlo” (Mu oz Hermosilla, 1931, p. 266). La economía política de la temprana formación normalista El discurso oficial sobre educación popular, docentes y escuelas normales nunca fue acompa ado de un finan- ciamiento suficiente. Se hicieron en ellas gastos ordinarios relativamente aceptables. Los alumnos tuvieron al menos alojamiento, alimentación, vestuario y un equipamiento did ctico mínimo previsto por el Estado. Los informes oficiales de los directores de normales no se quejaban de las remuneraciones de sus profesores. En cambio, se preocupaban de los textos que, o no existían o eran escasos, porque no se escribían, por ausencia de traducciones o simplemente por economía. Adem s, el Estado fue muy renuente a invertir en la construcción de edificios, incluyendo los costosos internados. Prefería arrendar casas para instalar las escuelas. Pero era muy difícil encontrar los locales adecuados, especialmente en las ciudades de provincia. Este fue “el talón de Aquiles” de la formación de maestros/as. Limitó no sólo las matrículas, sino también el cumplimiento de los planes de estudio, en ramos que requerían alguna instalación especial, como laboratorios, gimnasio o bibliotecas, que no se pudieron implementar durante décadas (N ez, 2009: 109-115). En las décadas de 1860 a 1880 la red parecía estabilizarse pero el modelo institucional de formación no lo- graba consolidarse. Surgieron disyuntivas acerca de los medios para cumplir el propósito fundacional y, por consiguiente, dudas acerca del car cter de las normales. Por una parte, había dificultades para reclutar alumnos meritorios, se estimaban ineficaces las pr cticas de selección para el ingreso y crecían los grupos de alumnos eliminados durante el primer a o de estudios. Por otra parte, ante la baja productividad de las escuelas normales se proponía la alternativa de instalar, en algunas escuelas primarias superiores de provincias, dispositivos para formar allí grupos de futuros preceptores. Lo costoso del régimen de internado y del mantenimiento gratuito de los alumnos tentaban a reintroducir, al menos parcialmente, el régimen de externado. Adem s, los estudios
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