La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile

LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 160 Mi infancia la viví en Puente Alto. Aquí hay un detalle que tiene mucha incidencia posterior en mi vida. Yo siempre digo: “nací militante y nací educador”, en el sentido de que la escuela a la que llegó mi padre, al principio era un rancho y él lucho y luchó hasta que la Sociedad Constructora levantó un edificio para una escuela de hombres y otro al lado para una escuela de niñas (…).Yo le hago bromas a mis colegas: ninguno de ustedes ha vivido en una escuela, les digo.Yo viví varios años en una escuela, incluyendo el verano, el periodo de vacaciones. Desde el punto de vista de la niñez, era una cosa ma- ravillosa. Junto con mi hermana menor disponíamos de tres pisos, había talleres de trabajo manual, de carpintería, salón de actos, era una escuela plenamente dotada a nuestra disposición. También fue un período de apresto para la vida política. La militancia de su padre le permitió conocer desde dentro la vida partidaria y el tejemaneje de la influencia y las relaciones de poder. La política se vivía también en la cotidianeidad de los jóvenes: Estaba la escuela primaria particular, en que la clase media o la aristocracia obrera ponía sus hijos, y la escuela de mi padre que era más de obreros que de campesinos. Había -yo recuerdo- una distan- cia y una oposición, una diferencia que llegaba hasta la lucha entre los niños de una y otra escuela. Yo no sé si esto fue atizado o era espontáneo, pero ellos nos acusaban de masones. Nos gritaban “¡masones!”, lo que yo recibía como un garabato, y nosotros respondíamos a peñascazos “¡pechoños!”. Viví esos últimos resabios de las luchas teológicas del siglo XIX. Iv n N ez hizo su educación primaria en la escuela de Puente Alto. Luego, se trasladó a Santiago, al Liceo Ma- nuel de Salas. Allí construiría vínculos que fueron fundamentales para su trayectoria profesional y participaría de una experiencia educativa propia de un “liceo liberal”, seg n él mismo describe. Durante sus a os de estudio compartió con varias futuras personalidades de la educación y otras reas de la sociedad. Teníamos en el modelo del liceo un trato respetuoso de los profesores hacia los alumnos, eliminando en lo posible los autoritarismos. Había, lo que en otros liceos más tarde se llamó, gobierno estudiantil o centro de alumnos. El nuestro se llamaba asociación de gobierno estudiantil. Esta fue fundada, entre otros, por Humberto Maturana y Susana Rojo, una serie de personajes importantes, que luego serían parte de la élite cultural. Había dos hijos de Premios Nacionales (…). Aprendí mucho de mis propios compañeros e incluso de sus familias. Además tuve una profesora que después obtuvo el premio nacional: Viola Soto era nuestra profesora jefe. Al mismo tiempo que yo entraba al liceo a primer año, ella se hacía cargo de ese curso por pri- mera vez como profesora jefe. El hecho es que ella se preocupó de este niño que venía al liceo y tenía que almorzar, y consiguió que mis compañeras me invitaran a almorzar a sus casas (…). Como la Historia me fascinó desde que entré al liceo y fui buen alumno, ella se interesó en que ojalá estudiara Educación o Historia. En ese tiempo no había estudios profesionales o académicos de Historia, la úni- ca manera de ser historiador con un mínimo de base académica, era estudiar Pedagogía en Historia. Ella se preocupó de eso y lo mismo hizo la persona que la remplazó, doña Olga Poblete, que también coincidió en que estudiara pedagogía, con oposición de mi padre. Estudios de pedagogía e inicio de la carrera profesional: nuevos espacio de encuentro entre docencia y política Iv n N ez desarrolló vida política en el liceo, como joven socialista en la rama de estudiantes secundarios. M s tarde, en sus estudios superiores en el Instituto Pedagógico, esta participación se hizo m s intensa, lo que no siempre resultaba f cil de combinar con la vida académica.

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