La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 121 en el aprendizaje y que los profesores poco podían hacer. Entonces nosotros queríamos probar lo con- trario, por lo que hicimos una investigación con escuelas pobres para ver qué rasgos de los profesores podían contribuir o no al aprendizaje. A continuación, se presenta un extracto del libro que da cuenta de dicha investigación: Nos pareció que la fuerza de estas conclusiones descansa en el hecho de que en cada contexto había al menos un maestro diferente que no podía ser situado confortablemente dentro de ninguna de las categorías descriptivas que parecían amoldarse a los otros maestros. La señora Rosa fue el ejemplo que seleccionamos para este libro, pero hubo otros. Aparentemente, el estilo de enseñanza de la señora Rosa era similar al encontrado en otras aulas, aun cuando las condiciones físicas en las que ella enseñaba eran menos adecuadas y más pobres que en otros países. Ella utilizaba el método de recitación y trabajaba con materiales similares a aquellos utilizados por la mayoría de los maestros; sin embargo, según se vio en el Capítulo 6, había diferencias en sus clases: en el transcurso de sus clases, se invitaba realmente a los niños a aportar a la clase sus preguntas, comentarios y experiencias, y se aceptaba su aporte. La señora Rosa hacía su esfuerzo para que los contenidos de la lección tuvieran un significado, explorando el antecedente de comprensión de los niños y su experiencia personal. Como muchos de los otros maestros, ella se mostraba amable y cariñosa, pero también era firme y proveía dirección a las interacciones docentes. La señora Rosa no creía, como nos dijo y observamos, que los niños podían ser divididos entre alumnos “salvables” y “no salvables’’. (…) Estaba convencida de que el fracaso se podía evitar si se respetaba a los niños y sus necesidades de aprendizaje y se consideraban sus rasgos de personalidad. Su respeto por los alumnos se extendía también a sus padres, tanto en su función de padres coma en calidad de seres humanos. (1986, p. 160) 42 La eraThatcher y un destino poco convencional Beatrice valos y su esposo siguieron residiendo en Gales hasta 1988. Allí vivieron la “era Thatcher”, en que la premier brit nica, en paralelo a Ronald Reagan en Estados Unidos, imponía sus términos respecto del rol del mercado y del Estado en la sociedad. Seg n relata la Premio Nacional, en medio de este proceso aumentó la presión sobre las universidades y la b squeda de intervenirlas, lo que desembocó en que la Facultad de Educa- ción de la Universidad de Cardiff fuera trasladada lejos de la capital de Gales y perdiera parte de su relevancia y apoyo institucional. En este momento, el matrimonio Bevan- valos decide abandonar la universidad. No es com n conocer a al- guien que haya vivido en Pap a Nueva Guinea. Esta pareja lo hizo. Tanto Beatrice como Bill, su marido, tenían experiencia e interés en trabajar en países en desarrollo en el mbito educativo. Bill ya estaba jubilado. Entonces yo postulé a un cargo de jefe de cátedra de educación en la Universidad de Papúa Nueva Guinea. Me pagaron el viaje para la entrevista. Compitió conmigo un australiano y gané yo. Entonces Bill dijo: “ya, vamos”. Partimos y asumí ese cargo. Sin embargo, luego murió mi marido y yo decidí que- darme. Volver a Gales no tenía mucho sentido y me quedé. 42 valos. B. (1986). Ense ando a los hijos de los pobres. Un estudio etnogr fico. Ottawa: International Development Research Centre.
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