La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile
LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 110 ingresan a los mismos, pero frecuentemente los requisitos de admisión son considerablemente laxos respecto dichas competencias, lo que da origen a un alumnado muy heterogéneo. En estas circunstancias, si no se somete a un diagnóstico suficientemente específico a los candidatos admitidos, se corren diversos riesgos que afectan tanto a los alumnos admitidos como a las instituciones. En cuanto a los alumnos, aquellos que inician sus estudios en la educación superior sin contar con los aprendiza- jes que son requisitos indispensables para cursar con éxito su programa, pueden ocurrir dos tipos de situaciones. Algunos pueden persistir en su meta a costa de m ltiples repeticiones, prolongando el tiempo de estudio mucho m s all de la duración prevista, con la consiguiente frustración personal y un costo económico para ellos o sus familias. Otros, en cambio, que tienen una baja tolerancia a la frustración, o bien no disponen de los recursos necesarios para alargar su período de estudio, terminan por desertar prematuramente. Las instituciones por su parte, si no llevan a cabo un adecuado proceso de diagnóstico, pueden tender a rebajar los est ndares, graduando profesionales que no logran el perfil profesional que definieron para la carrera, con el consiguiente desprestigio de sus egresados y la dificultad de éstos para insertarse laboralmente. Contrariamen- te, si no disminuyen los est ndares requeridos para el perfil profesional, se exponen a altas tasas de eliminados por rendimiento académico, exhibiendo consecuentemente muy bajas tasas de retención, lo que tampoco las prestigia. La forma de superar los riesgos descritos es, sin duda, un acertado diagnóstico inicial, a fin de implementar las acciones remediales que permitan dotar a los estudiantes que lo requieran de las competencias necesarias para culminar con éxito los estudios postsecundarios. Aunque estas acciones representan un costo institucional agregado, éste no suele ser exagerado y redit a en un beneficio tanto para los estudiantes como para la institución. De la misma manera, la evaluación diagnóstica proporciona al docente las indicaciones de cómo tiene que reo- rientar su planificación de la actividad curricular que conduce para lograr los objetivos de la misma. El propósito formativo tiene, a su vez, una gran importancia en la educación superior, pues a través de éste se proporciona la orientación m s eficaz al aprendiz, para construir activamente su propio conocimiento. Si se acepta que el aprendizaje se logra mediante la construcción del significado, a partir de la experiencia y de las categorías derivadas de la interacción social, entonces la retroinformación que puede proporcionar el docente y los pares (coevaluación) mediante la evaluación formativa se constituye en un mecanismo altamente eficaz para el aprendizaje. Para que la evaluación sea realmente formativa, la retroinformación debe proporcionar evidencia til al apren- diz, que describa claramente las fortalezas y debilidades de su desempe o, requiere ser suministrada en forma oportuna y frecuente, de modo que pueda percibir manifiestamente los efectos de su esfuerzo y su progreso en el aprendizaje. Adem s, a través de la evaluación formativa, el alumno va adquiriendo y haciendo suyos los criterios y est ndares necesarios para efectuar la autoevaluación de su desempe o y adquiriendo autonomía para dirigirlo. El profesor, a su vez, va recibiendo la información necesaria de la evaluación formativa, la que le posibilita re- flexionar sobre su quehacer docente y ajustarlo a las verdaderas necesidades de los estudiantes. En suma, la función formativa proporciona instancias de aprendizaje colectivo tanto a los alumnos como del docente. La función que se ha denominado sumativa y que juzga el desempe o acumulado en cada actividad curricular y, en muchos programas de la educación superior, el desempe o al término del mismo, es eminente- mente una responsabilidad profesional y social de los docentes. A través de esta función la institución certifica que el graduado o titulado ha adquirido (o no) las competencias necesarias para desempe arse laboralmente o proseguir estudios de nivel superior, esto es, ha cumplido con éxito cada uno de los est ndares definidos para la carrera. La evaluación sumativa constituye también una responsabilidad institucional y, por ende, la sociedad
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