La memoria de la educación : historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile

LA MEMORIA DE LA EDUCACIÓN Historias y obra de galardonados y galardonadas con el Premio Nacional de Educación de Chile 108 La cita de Carrol, situada en el proceso de ense anza y aprendizaje en la educación superior podría interpre- tarse del modo siguiente: • Si el docente no tiene claridad respecto a los objetivos que trata de lograr en sus alumnos, es insustancial la forma en que estructure su actividad docente y la metodología de ense anza que emplee y, por ende, sólo necesita efectuar un recorrido por los contenidos de lo que ense a. • Si los estudiantes ignoran cu les son los aprendizajes que se espera alcancen, entonces todo lo que pueden intentar es tratar de seguir la ruta del docente y confiar en que él tiene claro lo que hace. • A la vez, si el docente no tiene claridad acerca de los aprendizajes esperados de los alumnos, entonces tam- poco importa como los eval a. La analogía precedente solamente tiene el propósito de destacar el estrecho vínculo que existe entre tres componentes esenciales de la docencia: los objetivos que se tratan de alcanzar mediante la formación de los estudiantes (dónde se quiere llegar), las acciones que se realizan para mediar y facilitar su logro (incluyendo los recursos y la metodología de ense anza, esto es el camino recorrido), y la evaluación de los aprendizajes alcan- zados (las metas efectivamente logradas). Estos componentes se encuentran presentes en toda actividad curricular en la educación superior. Es necesario se alar adem s, que las actividades curriculares se encuentran concebidas en el marco m s general del perfil profesional que se aspira formar a través de un programa académico, el cual a su vez se inscribe en la misión que orienta la institución que lo ofrece. Lo que interesa en particular, en este caso, es la evaluación, pero teniendo presente que ésta debe estar estrechamente articulada con los objetivos y el proceso de ense anza. El concepto de evaluación El concepto de evaluación ha sufrido notables transformaciones en las ltimas dos décadas. En efecto, actual- mente la evaluación en este nivel educacional se concibe como un proceso, compuesto por un n mero amplio de acciones diversas, orientado a comprender y mejorar el aprendizaje de los estudiantes. A la vez, implica establecer expectativas explícitas y p blicas; traducidas en criterios y est ndares compartidos, así como niveles de calidad para el desempe o del alumno. Comprende, también, la recolección sistem tica de informaciones, el an lisis e interpretación de la evidencia recogida, a fin de determinar si el rendimiento académico estudiantil se ajusta a esas expectativas y est ndares. A su vez, comporta la utilización de la información resultante para documentar, explicar y mejorar el desempe o estudiantil y el docente. Cuando la evaluación se inserta eficaz- mente en el sistema institucional m s amplio, contribuye a focalizar la atención colectiva, a revisar los supuestos de la formación y a crear una cultura académica compartida, que procura asegurar y mejorar la calidad de la educación superior. Se se ala que la evaluación es un proceso, compuesto por acciones, postulando que dichas acciones tienen como propósito contribuir, en forma permanente al aprendizaje estudiantil, con el propósito de promoverlo, de incrementar la habilidad de autoaprendizaje, mejorar su calidad estimulando la meta-cognición y motivar a los futuros graduados a seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida. De acuerdo a este enfoque, la evaluación tie- ne como eje central al sujeto que aprende y se convierte en un proceso motivador que desarrolla la autonomía, así como la capacidad de dirigir y evaluar su propio aprendizaje. Es posible afirmar, por tanto, que la evaluación de los aprendizajes es en sí misma educativa. Cabe destacar que otro aspecto central del concepto de evaluación desarrollado es la disponibilidad de criterios y est ndares, que expresan las expectativas institucionales. Se esperaría que fuesen la resultante de un proceso consensuado en- tre los docentes a cargo de la formación, las instancias directivas institucionales, los profesionales del rea y la sociedad global m s amplia (Huba y Freed, 2000).

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