La vivienda urbana en Chile durante la época hispana (Zona Central)

obras más significativas que justifican mayor desem– bolso de dinero y mano de obra más capacitada, como lo eran la iglesia mayor y los templos de las diferentes órdenes religiosas, costeadas merced a donativos de la corona y piadosos particulares. Son obras que se caracterizan por demorar varios años en concluirse. La iglesia de San Francisco de San– tiago aludida anteriormente , por ejemplo , se inicia en 1576y se terminarádefinitivamente en 1618,tardando la construcción más de cuarenta y seis años, aunque originalmente se había calculado que ésta debía tomar un tiempo prudencial de tan sólo ocho años. La condición sísmica del país será una dura p11.1eba que periódicamente evaluará el avance de la arquitectura nacional, obligando a desechar aque– llas soluciones que se muestran inapropiadas y a mantener y perfeccionar las que han sabido compor– tarse adecuadamente. En este proceso de ensayo y error irá perfilándose en gran medida el carácter de una arquitectura nacional donde la vivienda urbana constituye quizás su mejor exponente. A partir del siglo XVIII , los distintos aspectos involucrados en la contingencia histórica van a ad– quirir la estabilidad y dinamismo necesarios para encauzarun avance más significativo en laCapitanía General de Chile. Las exportaciones de trigo hacia el Perú que comienzan a realizarse desde fines del siglo XVII ; la liberación del monopolio comercial con América por parte de España a partir de las primeras décadas del siglo XVIII; la reactivación de las actividades mineras y un climade paz generalizado, fueron algunas de las causas determinantes para activar la economía chilena en el que sería el último siglo de dominación hispana, marcando el inicio de un auge tan necesario como esperado. Asu vez, lapolítica ilustradade lacasaborbónica impulsó, avanzadas las primeras décadas del siglo, un ambicioso plan fundacional de centros urbanos con el objeto de "reducir a pueblo" a la gran población rural dispersa a lo largo y ancho del territorio, heren– cia de lo acaecido durante el siglo anterior. Junto con ello hay una importante preocupación por mejorar y desarrollar la construcción de obras públicas que beneficien el mejoramiento urbano y la infraestruc– tura global de la Capitanía General. Es durante este siglo que se construirán obras tan significativascomo el Palacio de los Presidentes y Reales Cajas , el Puente de Cal y Canto o Puente Nuevo, y la Real Casa de Moneda por nombrar algunas que se hicie- ron en la capital del reino. No fue incentivo menos importante para el auge edilicio de Santiago del siglo XVIII , el hecho que en 1730 un gran terremoto nuevamente obligase a reconstruir casi por completo la ciudad. Es el siglo XVIII, además , el período en que el país se vió favorecido por la importante labor desa– rrollada por los artesanos jesuitas llegados de Eu– ropa. Estos elevan considerablemente el nivel del arte nacional, el que alcanza mayor refinamiento y calidad en la ejecución. Su labor se verá abrup– tamente interrumpida al ser expulsada la Orden de San Ignacio de todos los dominios del Imperio Es– pañol por decreto de Carlos 111 en el año de 1767. La arquitectura de este siglo evolucionó sobre las tipologías y sistemas constructivos precedentes, sin alcanzar una diferenciación muyacentuada, salvo las influencias estilísticas propias del Barroco en pleno desarrollo y vigencia en Hispanoamérica y del Neoclásico que se introduce al finalizar la centuria. En el aspecto que sí es posible apreciar un cambio significativo es en el desarrollo profesional que al– canzó la arquitectura durante este período debido a la importante e ininterrumpida labor emprendida por capacitados profesionales comisionados por la co– rona para llevar a cabo el avance edilicio que carac– teriza este siglo . Pasada la primera mitad del siglo se contó con la experiencia profesional de sucesivos Ingenieros Militares para culminar en el año 1780 con la irrup– ción destacada del arquitecto italiano don Joaquín Toescay Ricci,quien elevó ladisciplinaarquitectónica a un nivel nunca antes alcanzado en la Capitanía General de Chile . Por otra parte, estrechamente vinculado a las contingencias históricas reseñadas y a las exigen– cias propias a la particularidad del medio natural y humano, se originó una sociedad característica a lo largo de los casi tres siglos de dominación hispana, cuyos principales rasgos definitorios y pautas cultu– rales persistirán pasado dicho período. Durante el primer siglo y medio la sociedad fue conformándose impregnada por un carácter guerrero y austero, or– ganizada rígida y jerárquicamente. Adquirió en el transcurso del siglo XVIII su estructura definitiva, en la cual, si bien es posible apreciar la existencia de distintos grupos estamentales producto de diferen– tes aportes raciales, esta segregación tiende a desa– parecer homogeneizada por el predominio creciente del elemento blanco y una mayor movilidad social. El 5

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